¿Qué va a contar a la gente que acuda hoy a la Sede?
Va a ser es un intercambio de experiencias. Lo veo más como una charla. Me gustaría preguntar a gente que está trabajando por aquí o empezando. Yo voy a hablar de mi propia experiencia pero me gustaría conocer la de otra gente. Luego además si puedo aliviar la curiosidad de alguien que no tiene nada que ver con este oficio pues mejor.
¿Cómo valora iniciativas de este tipo, fomentada además desde el ámbito universitario, o la del nuevo proyecto de Teatro de Cámara del Principal?
Me parece fantástico todo lo que sea crear un tejido cultural. Y la iniciativa de Sanguino en el Principal creo que es muy valiente. Me parece acertadísimo y muy necesario porque crear tejido cultural sirve para sentar las bases de una sociedad avanzada, civilizada y justa, que nos hace falta. Una sociedad sin cultura está destinada a cometer errores. Obligas a la gente a pensar y eso está muy bien, y desgraciadamente lo que están intentando estos últimos años es que nos interese solo el fútbol. Han dejado de lado la cultura, nos han castigado, pero no entiendo por qué. La cultura es un ámbito en el que uno puede expresar libremente lo que siente, lo que piensa y castigando esto cierras esas puertas.
¿Las industrias culturales siguen sufriendo?
El cine ha sufrido un varapalo con el 21% de IVA y me hace gracia que en precampaña parecía que se iba a bajar, luego que no; no entendí ese mangoneo para crear falsas esperanzas. Hay productoras que han tenido que cerrar, pero creo que sobre todo ha sufrido el teatro porque ha habido infinidad de compañías que no han podido subsistir. Es verdad que existe otra circunstancia y es que como compañía de teatro te programan pero cuando haces la función te emiten una factura y tienes que tributar cuando llega el trimestre a pesar de que el teatro aún no te ha pagado.
¿Hay síntomas de recuperación en el cine?
El cine tiene dos lecturas. La primera es que los productores se piensan muy mucho qué van a producir y lo que se produce son películas en cierto modo de bajo presupuesto, que no superan el millón de euros. La segunda es que no implica que se merme la calidad. Lo que ha aumentado es el ingenio a la hora de hacer cine.
Hay ministros que han dicho que el cine español no tiene calidad y por eso no va la gente...
Yo creo que quien dice eso es que no va al cine. Eres tú el que promueve los recortes en el cine y encima tienes la osadía de que decir que el cine español no tiene calidad. Las películas son como todo, hay mejores y peores, pero el caso es que el hecho de que sean las instituciones las que manifiesten estas expresiones pues lo que refleja es incultura.
El teatro ha sido su primera casa y precisamente este fin de semana actúa en Villena con Bajo terapia. ¿Qué tiene el teatro que no tiene el cine?
Pues tiene todo y al revés también. Son dos códigos totalmente diferentes. En teatro tienes mucho más tiempo para preparar el personaje y una vez que arrancas tienes todavía más para seguir matizando. Y tiene también algo fundamental para un actor que es el público. No es lo mismo interpretar para una cámara que para el público. Pero no es una prescripción, no es obligatorio, aunque me considero muy afortunado de poder hacer de todo. En teatro, sobre todo, procuro siempre elegir proyectos que me aporten algo como persona y como actor.
Ahora también le vemos en televisión en la serie Carlos, Rey Emperador, como Monseñor Granvela. ¿Cómo ha sido trabajar en una serie histórica?
Pues ha sido espectacular, sobre todo por el hecho de que te permite viajar en el tiempo y eso es algo que con pocos oficios puedes hacer. Como experiencia es maravillosa y te permite visitar lugares que son únicos. La serie son 17 capítulos y yo entré en el 14. Me quedan tres más, aunque yo acabé de rodar a finales de junio.
Supongo que la documentación previa es muy importante.
Es fundamental, lo que ocurre con mi personaje es que apenas estuvo en España aunque en la serie sí lo sitúan aquí. Pero cuando surgió esto me bebía los libros de historia como si fueran agua.
Tiene varias películas pendientes de estreno. ¿Algún proyecto en marcha?
Ahora estoy con la serie Buscando el Norte de Antena 3 y el 28 me voy a Berlín. Estoy muy movidito, pero sarna con gusto no pica. La película Nuestros amantes, con Eduardo Noriega, ya se espera primera copia para buscar distribución. Al final lo que parece más complicado de una película, el rodaje, es lo más fácil. Lo realmente complicado es buscar una distribuidora. También tengo pendientes de estreno Re-evolution, de David Sousa, con Leo Ribera, Gorka Ochoa y Leandro Rivera, entre otros; la última película de Inés París, La noche que mi madre mató a mi padre, con Belén Rueda, María Pujalte y Eduard Fernández, y El club de los buenos infieles, de Lluís Segura, con Jordi Vilches, Hovik Keuchkerian y Raúl Fernández. Además, sigo con la gira de Bajo terapia y en septiembre de nuevo entraremos en Madrid
¿Qué película es su favorita para los Goya?
Tengo un montón. Ha sido muy buen año, se han hecho muy buenas películas. Tengo una favorita pero me lo guardo para mí.
¿Tiene esperanzas de que todo este movimiento político y social que estamos viviendo sirva para algo?
Creo que sí, porque la política vuelve a estar otra vez al pie de la calle. Se han abierto puertas para que entre el aire. Todavía hay gente que tiene que rendir cuentas y con los políticos que teníamos antes se jugaba mucho a echar tierra por encima. Al menos hay una mirada hacia el ciudadano que no había antes y me parece fundamental. La sociedad está teniendo otra vez el peso que merece. Estaba dormida porque no se nos daban opciones y yo creo que de pronto estas elecciones han sido las primeras en muchos años en las que la gente no ha ido a votar al menos malo sino a una opción, porque ha habido opciones. Y la gente debe votar con ilusión.
