El papa Francisco arremetió ayer contra la corrupción que «envenena» la sociedad al tiempo que llamó a combatir la ilegalidad con la educación durante una audiencia con el Movimiento Cristiano de Trabajadores en el Aula Pablo VI del Vaticano.

«La ilegalidad es como un pulpo que no se ve porque está escondido, sumergido, pero con sus tentáculos aferra y envenena, contaminando y haciendo mucho daño», exclamó el pontífice.

Así, el pontífice propuso erradicar la corrupción de la sociedad a través de la educación de las personas que es distinto a «enseñar algunas técnicas o impartir algunas nociones, sino hacer a las personas más humanas».

En este sentido, el papa Francisco también invitó ayer a evitar los favoritismos y enchufismos en el mundo del trabajo, al considerar que generan ilegalidad y corrupción.

«En el mundo del trabajo y en cualquier otro lugar es urgente educar a recorrer el camino luminoso y laborioso de la honestidad, evitando los atajos de los favoritismos y los enchufismos», expresó el pontífice. Para Francisco estas «tentaciones» funcionan como «compraventa moral» y «hay que rechazarlas», pues «generan una mentalidad falsa y dañina que hay que combatir: la de la ilegalidad y que lleva a la corrupción de la persona y de la sociedad».

Otro de los consejos de Jorge Bergoglio al mundo del trabajo fue el de que «sirva para unir a las personas y no para alejarlas, haciéndolas cerradas y distantes». El estar tantas horas juntos, explicó el Papa, «ofrece la ocasión para compartir lo cotidiano y para interesarse de quien tenemos al lado».