Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El retrato de Altamira que quiere el Prado

La obra de Maurice Fromkes forma parte de una colección que desea la pinacoteca nacional

El retrato de Altamira que quiere el Prado

Buceando entre papeles en hemerotecas y bibliotecas, Ignacio Altamira dio con un artículo de prensa fechado el 3 de diciembre de 1932 en el que se hablaba de una exposición de retratos en el Museo Nacional de Arte Moderno de Madrid, del artista Maurice Fromkes (Polinia, 1872-París, 1931). Nada llamativo, en principio, si no fuera porque entre los rostros de personajes ilustres retratados se encontraba uno de Rafael Altamira, que la familia del historiador y jurista alicantino desconocía.

La obra, que muestra una imagen más humana y menos austera que otros retratos realizados al creador de la Extensión Universitaria, forma parte de una colección que el artista polaco realizó en España, país al que adoraba y en el que vivió algunas temporadas. Ese fondo fue donado por su viuda al Estado español el mismo año en el que se celebró la exposición. Entre los retratos, el de otro alicantino, Gabriel Miró fechado en 1929 -cuya existencia es conocida- y del famoso otorrino Antonio García-Tapia, precisamente consuegro de Altamira y muy vinculado a Alicante por ser uno de los impulsores del desarrollo urbanístico de la playa de San Juan. Además, también hay retratos de personalidades como Manuel Bartolomé Cossío, Miguel de Unamuno o los hermanos Álvarez Quintero.

Cuando la familia de Altamira recurrió al Museo del Prado para obtener más información sobre estas obras, le confirmaron que la pinacoteca nacional está intentando que esa colección pase a formar parte de sus fondos pictóricos, por lo que se encuentra realizando los trámites pertinentes. El Prado ya cuenta con un retrato de Gustavo Pittaluga, realizado por Fromkes.

El pintor de origen polaco, que se trasladó a Estados Unidos cuando tenía tan solo 4 años, se convirtió en un retratista de gran prestigio. En el otoño de 1920 visitó España y se declaró enamorado de este país. Vivió durante un tiempo en Segovia, momento en el que presumiblemente haría los retratos tanto de Altamira como de García-Tapia.

Y es que el otorrino -que fue médico del rey y de muchos famosos- era de esa provincia y su hija contrajo matrimonio con el hijo del que fuera miembro del Tribunal de Justicia de la Haya y candidato al Nobel, por lo que le visitaba a menudo en su casa de Riaza.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats