Un año después de la visita de Lovejoy es el turno de Catalina, un cometa que será observable a simple vista pero sólo por esta vez, después abandonará el sistema solar y pasará el resto de sus días viajando por el espacio .

El cometa Catalina (C/2013 US10), descubierto el 31 de octubre de 2013, procede de la Nube de Oort, la gran reserva de cometas que hay en el sistema solar exterior, a un año luz de distancia del Sol.

«El Sistema Solar tiene dos partes, el interior que alberga los planetas y el exterior, donde está la Nube de Oort», ha explicado el astrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias y Administrador del Observatorio del Teide, Miquel Serra-Ricart.

El cometa pasó por el punto más cercano al Sol (perihelio) el pasado 15 de noviembre, a 123 millones de kilómetros de distancia del astro y, según los cálculos, el momento de mayor aproximación a la Tierra será el 17 de enero, cuando pasará a 108 millones de kilómetros de nosotros.

Catalina será estudiado a fondo por los científicos que con la ayuda de los telescopios terrestres intentarán obtener «la mayor cantidad de información posible sobre su estado dinámico, su rotación, su composición con espectros, etc.», precisa el astrónomo.

Y es que en general los cometas son importantes porque son fósiles de la formación del Sistema Solar, y contienen información del origen de los sistemas planetarios.

Para observarlo, «lo más importante es saber donde está. Hay que utilizar la carta celeste, situarlo. A simple vista, si está muy oscuro se verá una mancha verde, porque su núcleo es verdoso, y con prismáticos se podrá ver algún detallito más, como sus dos colas».