El nacionalismo y la xenofobia que «prevalecen» en Europa tienen «profundas consecuencias», como la incapacidad de ocuparse de la actual crisis de refugiados, dijo ayer el presidente de la Fundación Nobel, Carl-Henrik Heldin, durante la entrega de esos galardones. Carlos Gustavo y Silvia de Suecia presidieron la ceremonia de entrega de los Premios Nobel a ocho hombres y dos mujeres, que los recibieron de manos del rey ante unos 1.570 invitados.

Alfred Nobel «estaría probablemente triste al saber que el nacionalismo y la xenofobia que caracterizaron la última parte del siglo XIX cuando vivió, aún prevalece en la Europa de hoy con profundas consecuencias». Nobel era «firme creyente en los valores humanos fundamentales. Probablemente habría reaccionado fuertemente a las amenazas que podemos ver hoy contra el racionalismo y las interacciones pacíficas entre personas de diferentes culturas».

El presidente del Comité Nobel de Literatura, Per Wästberg, presentó a la Nobel de LIteratura, la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich y aseguró que sus relatos «perturban» a sus lectores, «especialmente en este año de flujo de refugiados, cuando sus historias sobre la tenacidad y el valor de los desamparados son más apropiadas que nunca».

Los logros de los premiados fueron glosados por expertos de la Academia Sueca. Así, Wastberg se refirió a la obra de Alexiévich Voces de Utopía diciendo que es su «obra maestra literaria y moral». En una sala decorada con flores, recibieron también el Nobel de Física el japonés Takaaki Kajita y el canadiense Arthur McDonald, por descubrir que los neutrinos tienen masa, lo que es «crucial para nuestro entendimiento de la estructura del Universo».

El descubrimiento de nuevas terapias para enfermedades parasitarias por el irlandés William Campbel, el japonés Satoshi Omura y la china Tu Youyou, premiados en medicina, ha supuesto un «beneficio inconmensurable para la Humanidad

Los nobel de Química, el sueco Tomas Lindahl, el estadounidense Paul Modrich y el turco Aziz Sancar, consiguieron «realmente un gran logro» al descubrir los mecanismos con los que se repara nuestro ADN.

El nobel de Economía, el británico-estadounidense Angus Deaton, con sus análisis sobre consumo, pobreza y bienestar «domina cada detalle de los datos existentes e inventa otros nuevos a través de nuevas medidas».

El Nobel de la Paz, como es habitual, se entregó en Oslo, en esta ocasión al Cuarteto para el Diálogo Nacional en Túnez, quienes alertaron de que es necesario consolidar el proceso democrático en este país africano.