Alicante cuenta con un patrimonio arquitectónico defensivo que supera los 250 castillos, fortificaciones, fortines, baterías, torres costeras y de refugio, levantados desde la Edad Media hasta el siglo XVIII. Una exposición reúne ahora 84 de estos elementos en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) bajo el título de Guardianes de piedra. Castillos de Alicante, que pretende acercar el patrimonio histórico y cultural de estas fortalezas mediante una ruta didáctica distribuida por comarcas.

La muestra, comisariada por José Luis Menéndez, se inauguró esta semana y se podrá contemplar hasta el 21 de febrero.

La elevada cifra construcciones de protección defensiva en la provincia de Alicante -«pocas provincias de España tienen tantas», indicó el director técnico del MARQ, Manuel Olcina- tiene mucho que ver con su posición de territorio fronterizo entre Castilla y Aragón, por el interior, y entre el mundo cristiano y berberisco, por la costa, como explicó Olcina, que añadió que esta propuesta completa la ocupación de las salas temporales del museo, junto a las muestras del patrimonio arqueológico de Cocentaina y el mapa topográfico de España.

Otro mapa, en este caso una maqueta de la provincia, encabeza esta nueva exposición con quince de las fortficaciones más destacadas, fabricadas con impresora 3D e iluminadas. No obstante, el carácter itinerante del proyecto, que recorrerá toda la provincia para mostrar el legado amurallado, permitirá ir aumentando la maqueta y la propia exposición al añadirse nuevas construcciones en cada municipio.

Guardianes de piedra. los castillos de Alicante se divide en cinco rutas. La primera se centra en el territorio de la Vega Baja y hace referencia a los Castillos de Tudmir que agrupa las grandes fortificaciones de la comarca, encabezadas por el Castillo de Orihuela. Los Castillos de la Frontera Interior abarca el Valle del Vinalopó, una de las grandes fronteras que dividió el territorio en la época medieval y que ha dejado un legado formado por alguna de las fortificaciones más espectaculares de la provincia, como es el caso de las fortificaciones de Villena, Sax o Biar.

En la zona de L'Alacantí aparecen los Castillos de la Clau del Regne, con la ciudad de Alicante como centro estratégico ya desde el siglo XIV y destinados no solo a defender los enclaves urbanos, sino también las propiedades de la huerta. La cuarta ruta corresponde a los Castillos de la Montaña con construcciones sencillas en enclaves enriscados o torres de defensa, como Almudaina o la Torre de Les Maçanes.

La última, Castillos de la Frontera del Miedo, abarca las fortificaciones de la costa norte de la provincia, llamada así por su especial orografía y asediada por los corsarios, ante los cuales se construyó una auténtica muralla imperfecta, plagada de torres amenaras y murallas urbanas.

El comisario José Luis Menéndez destacó que las áreas del Vinalopó y las Marinas son las que cuentan con mayor número de construcciones -25 y 29, respectivamente- siendo el castillo más antiguo el de Callosa de Segura, del siglo X. El experto indicó que estas fortificaciones son un atractivo turístico que permite a cada pueblo vincularse con sus raíces y con su historia y apuntó de su estado de conservación que hay un «equilibrio» entre las construcciones restauradas y las que quedan por arreglar.

Las cinco rutas se exhiben con imágenes de cada castillo acompañadas de la información sobre el contexto histórico y de personajes relevantes de cada comarca, como Barbarroja, Roger de Llúria, Pedro IV de Aragón, el Señor de Tudmir y el Marqués de Villena, además de dos audiovisuales.

El diputado de Cultura, Cesar Augusto Asencio, destacó la accesibilidad de la muestra para personas con discapacidad visual, ya que cuenta con códigos QR y audioguías.