Hoy, con la fotografía digital, se ha perdido el sentido de la imagen «física», la que se construía a través de un negativo que luego había que revelar y plasmar en papel, artesanalmente. Un total de 160.000 negativos constituyen el fondo periodístico de Paco Grau.
¿Cuál es el volumen de su fototeca?
He cedido al Archivo Municipal un total de 160.000 negativos, todos de la época, porque entonces no eliminabas nada. Ahora, una foto está desenfocada y la tiras, pero en aquella época para no tirar con flash forzabas a 6.400 lo que te sacaba las fotos granuladas. Tenían ruido, como se dice ahora con las digitales, pero tenías la foto. Y ocurre que la foto desenfocada tiene a una persona que te interesa ahora, y que de haberla hecho en estos tiempos la habrías tirado y no la tendrías.
¿Qué se verá en la exposición en el Centro de Cultura?
Muchas son fotos conocidas, pero hay mucha gente joven que las ve y no se lo cree. Hay cosas que han pasado, como el busto de Franco -al que le hicieron mil cosas- o la estética antigua de la Guardia Civil, y que se han borrado de la memoria de los jóvenes. En cambio, no he querido centrarme en personajes, aunque hay una foto de los primeros tiempos en que están Joan Valls y Rafael Coloma, que no se miran.
Y también hay textos...
He resucitado una de las primeras cosas que José Vicente Botella me escribió y también ha preparado un texto Francisco Esquivel (director general de Contenidos de INFORMACIÓN), con el que tuve una vinculación muy importante. Hicimos reportajes conjuntamente y era una manera de trabajar, de hacer tarea de campo, que me gustaba. También participan Ramón Climent (director de Ciudad y El Nostre), Gustavo Cardenal y Javier Llopis.
