La escultura la lleva en la sangre gracias a su padre que le inculcó los cimientos sobre los que luego ha construido su carrera artística. Pero la investigación y la evolución creativa le han llevado mucho más lejos. El artista alicantino Adriano Carrillo deja atrás años dedicados a la política como concejal de Cultura de Mutxamel y se reencuentra con los seguidores del mundo del arte en esa localidad. «Quería hacer una exposición en mi pueblo de acogida», asegura.
Lo hace con una exposición que ha titulado Ombres de la memòria, que se puede ver en la Casa de Cultura de Mutxamel hasta el próximo 3 de diciembre. En ella, Carrillo ha reunido 9 esculturas, treinta y tres pinturas realizadas con técnica digital y 5 pinturas acrílicas. El denominador común entre todas ellas, afirma, la búsqueda del color. «En principio mi base siempre ha sido la escultura, porque fue lo que aprendí con mi padre, pero siempre me he planteado la pintura como una manera de buscar el color que luego me ha servido al hacer escultura, al configurarlas y a darles el color que yo quiero», afirma este artista que fundó el grupo Integració con otros creadores como Mario Candela, Pau Lau y Climent Mora.
«La pintura ha sido una búsqueda de color y la pintura digital también porque me deja investigar con mayor facilidad, al permitir quitar o añadir de forma que puedes cambiar el resultado», destaca Carrillo. En su opinión, «la pintura digital es un laboratorio que permite valorar el color, te da una libertad que luego intento descargar en la pintura manual sin estar sujeto a delimitar los espacios».
La abstracción sigue presente en sus obras desde el inicio de su carrera, aunque en la última década su evolución le ha llevado a abrir nuevos caminos. «Desde hace diez años intento que la escultura contemple la construcción abstracta pero con connotaciones figurativas; mis pinturas y esculturas es normal que sugieran formas figurativas», algo que ocurre también en sus obras digitales.
El hilo conductor de toda esta producción está en el color, aunque «cuando la materia es mármol o hierro no tengo necesidad de imprimir color, en otros materiales sí, a veces como imitación de hierro o madera, o como un elemento de color encima de la figura».
Ombres de la memòria ofrece la posibilidad de ver por primera vez de forma conjunta estas obras, incluso una docena de piezas no se habían exhibido antes al público hata ahora.
Pero Adriano Carrillo no para aquí. Ya está pensando en dos nuevas exposiciones que está a punto de cerrar y participa en la muestra sobre la Memoria Histórica Cien artistas solidarios en la Lonja de Alicante.
