Un día ofrece un concierto en Nueva York, otro en Alicante... Muchachito no tiene fronteras.
No las tengo, pero paso mucho rato en ellas.
Primero, ¿por qué cinco años de silencio?
Necesitaba alejarme de las dinámicas de los últimos años, disco, promoción y gira; el volumen de trabajo era agotador. Cerré mi estudio en 2012, después de hacer con mis compañeros de Trimelón el disco de Melón Maguilaz Un puñaito de canciones. Melón nos dejó ese año, ese disco fue muy duro para nosotros pero necesario. Cuando acabamos me refugié en el viaje con mis compadres, Diego Pozo El Ratón y Santos de Veracruz, buenos amigos para recomponer el alma.
Segundo, ¿por qué ha vuelto?
Realmente nunca me he ido, más bien siempre estoy yendo.
En esta gira regala una maqueta del que será su cuarto disco. ¿Qué podremos encontrar en ese trabajo?
La maqueta está grabada con la instrumentación que llevo en este directo, con dos sets de hombre orquesta. Aunque hemos utilizado pistas, hay una parte más acústica y otra más eléctrica que muestra por donde va venir el disco, pero no hay arreglos decididos ni estructuras fijas, todos los instrumentos están grabados por mí y de técnico ha estado mi compadre David Carrasco El Niño. Todo grabado en un parking.
Usted se lo guisa y se lo come. ¿Cómo puede tocar guitarra, bajo, bombo, caja...?
Lo mejor es bailarlo más que pensarlo, es una matemática pero también es una danza.
Y ahora lleva una tabla de madera con una colchoneta tuneada para la percusión...
Sí, esa es la parte acústica, el sonido es así como sí saliera de un granero, suena a whisky.
¿Cómo ha cambiado y evolucionado su manera de hacer música en estos años?
Sigo siempre el mismo patrón, tocar y disfrutar, en eso me soy muy fiel. Los tiempos cambian y la manera de hacerlo llegar a la gente también, pero esas dos cosas son intocables.
¿Le preocupa el mal momento que atraviesa la industria musical, con el IVA tan alto y la piratería?
Me preocupan muchísimas cosas de este loco mundo, quizás estas que nombras las que menos.
¿Cree que empezar a tocar bares y locales pequeños curte y por eso prefiere el directo al estudio de grabación?
No hay una forma divina de hacer las cosas. Bueno sí, la que tu elijas, nadie mejor que tú ha visto el resultado de peripecias en tus aventuras, y nadie mejor que tú sabe resolverlas. Para mí ha sido y es muy importante la música a pie de calle, ya sea un bar o un trozo de acera. Son los escenarios que te brinda la vida y que tienen su recompensa inmediata con la sonrisa del personal.
¿Le gusta la música que se hace ahora?
Sí me gusta. Hay cosas muy guapas nuevas. Fuel Fandango, Aurora and The betrayers, Feist, Mathieu Chedid y Molly Gene, aunque me gusta muchísimo escuchar a los clásicos, de Chicago a George Thorogood y Peret.
