Tres cánceres, varios infartos cerebrales y un coágulo en el corazón después, el escritor mexicano Fernando Del Paso ganó ayer el Premio Cervantes, un galardón que a sus 80 años recibe como un reconocimiento a una vida de letras y dolor.

«Mi hija Paulina me llamó a las 6 de la mañana, ella está en Los Cabos para una reunión y me dijo: "Papá, te doy una noticia, tienes que escribir otro discurso" y le dije "¿por qué?" Y, llorando de alegría, me dice "porque te dieron el Cervantes". Así me enteré», cuenta el autor en su casa.

Casi es mediodía y el escritor, pintor, diplomático y académico mexicano no se ha podido quitar la bata, pues no ha parado de recibir a la prensa en su domicilio y no ha podido soltar el teléfono, por todas las llamadas que le han hecho desde España y México.

Tras años complicados por las secuelas que le dejaron los infartos cerebrales, que le dificultaron el habla y la escritura, Del Paso estaba ayer bastante recuperado y espera poder estar mejor para recoger el premio en España el próximo mes de abril.

Dice sentirse «un poco recuperado» después de que «los ataques al cerebro» que sufrió «hace dos años y medio» le obligaron a permanecer «en la cama».

«Al principio perdí el habla, ya la recuperé por fortuna, gracias a una terapeuta, y todavía camino con dificultad, pero estoy lúcido por fortuna», agrega.

El escritor había sido candidato en ediciones pasadas a este galardón, el más prestigioso de las letras hispanas, aunque en los últimos tiempos había perdido la esperanza de recibirlo.

«Estoy muy emocionado, sabía que tenía posibilidades, pero no muchas. En fin, no sé. Por lo visto tenía bastantes», cuenta en broma, «aunque ya había perdido casi la esperanza de ganar, porque han pasado muchos años», insiste.

«Prácticamente es la culminación de toda una vida este premio hermoso, tan famoso y tan codiciado», puntualiza el autor de obras como José Trigo, Palinuro de México o Noticias del Imperio.

Tras una vida conviviendo con la obra de autores como James Joyce, uno de sus predilectos, ayer confesó que casi no lee libros pero sí periódicos y le preocupa fuertemente la situación por la que atraviesa México.

«Es una tristeza que este país esté tan quebrado, tan invadido por el narco y el crimen organizado y la corrupción», dice el escritor, considerado uno de los grandes innovadores de la prosa castellana por su capacidad integradora de elementos como la historia, el humor o la política.

La noticia del premio para Del Paso ha hecho felices a muchos en México, especialmente a colegas como Elena Poniatowska, quien ya ganara el mismo galardón hace dos años.

«Es una alegría, claro que sí, es un rayo de sol en este momento en que todo es espantoso», dijo refiriéndose también a su país.

Poniatowska, cuenta, vivió muy de cerca la publicación de su primera obra, José Trigo (1966), pues la sede de Siglo XXI, la editorial en la que se publicó, estaba en casa de la escritora.

«Yo lo veía con frecuencia, entonces vi todas las pruebas y las galeras del libro», relata.

La escritora definió la obra de Del Paso como «de una solidez y de una creatividad enorme» y reveló que cuando ella ganó el premio hace dos años pensó: «¿por qué no se lo dan a él?».

Nacido en Ciudad de México el 1 de abril de 1935, Del Paso fue uno de los candidatos que sonaron con más fuerza al Cervantes en 2013, que finalmente recayó en la periodista.

Su formación abarca estudios de economía y literatura en la Universidad de la capital mexicana. Fue becado del Centro Mexicano de Escritores (1964-1965), la Fundación Guggenheim (1970-1981) o la Fundación Ford (1971), y entre 1955 y 1969 trabajó como escritor de textos publicitarios para varias agencias.

Otra persona feliz por el premio es el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, quien ayer dijo ser «viejo amigo» del autor, además de «admirador de su voz».

También se pronunció sobre el galardón el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, quien en un mensaje a través de la red social Twitter expresó su reconocimiento y felicitación al autor.

«Fernando es el gran narrador mexicano. Autor de novelas que ya están en la literatura universal. Toda una vida dedicada a las letras», apuntó.

Tradición y modernidad

Del Paso recibió el Cervantes 2015 por la valentía en la creación y su arriesgada innovación, según el jurado. Se ha cumplido un año más la ley no escrita que reparte alternativamente el galardón entre Latinoamérica y España, después de que en 2014 lo ganara el catalán Juan Goytisolo.

El jurado, presidido por Inés Fernández Ordóñez, representante por la Real Academia, eligió a Fernando del Paso por mayoría tras tres votaciones sucesivas y destacó «su aportación al desarrollo de la novela, aunando tradición y modernidad, como hizo Cervantes en su momento».