La japonesa Yoko Ono se estrenó hoy en China como artista y lo hizo a gritos, con mensajes de amor para unir a los enemistados pueblos chino y nipón y eludiendo cualquier crítica al Gobierno.

"Hoy vine aquí para que podáis escuchar la voz de una mujer", declaró Ono al entrar en una sala repleta de periodistas, que habían esperado durante más de una hora a que apareciera la viuda de John Lennon para presentar la que es su primera exposición en el país, "Escaleras doradas", que abrirá mañana sus puertas en Pekín.

Y gritó. La creadora no esperó a que el representante de la galería que acoge su exhibición acabara su intervención y le "robó" el micrófono para emitir un sonido desgarrador y en cierto punto, desagradable, que duró alrededor de un minuto y que fue recibido con aplausos.

"Estoy muy emocionada por esa voz que ha salido de dentro de una mujer de verdad", señaló Emma Zhang, la subdirectora de la Fundación Faurschou que ha hecho posible la entrada de la artista japonesa a China.

Ono ha creado especialmente para Pekín una serie de escaleras con las que pretende que el público interactúe. En palabras de Zhang, "Yoko invita a todos los espectadores a reflejar su vida en las escaleras, en escalar en la vida a la vez que escalas la escalera (...) Las escaleras pueden llevarte al cielo, que es el origen de la Tierra y el final de la destrucción".

Pero también ha traído otras de sus piezas a la capital china, de sus trabajos entre los años 60 y 70, y alguna creación que sólo se ha llegado a exponer en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).

Todo ello formará parte de la exposición que abrirá mañana al público en uno de los distritos de arte más populares de Pekín, el 798, aunque ella no estará para verlo, por eso hoy los invitados al "íntimo" encuentro trataron de sacar lo máximo de la protagonista.

Ono no escatimó en mensajes de amor y, tras su grito, sus primeras palabras buscaban ganarse al público chino. "Tengo que decir que os quiero, todos juntos vamos a cambiar el mundo. A veces cometemos errores, pero no importa, somos nosotros mismos", manifestó a la primera pregunta de una periodista local.

La artista se afanó por tender puentes entre países, sobre todo, entre los pueblos chino y japonés, enfrentados históricamente y con tensiones aún latentes.

"Es muy bueno para los chinos y japoneses unirse. En lugar de utilizar su inteligencia para pelearse, es mejor que la utilicen para unirse", manifestó la activista nipona, quien consideró que al mundo no le interesa esa unión.

"Creo que el mundo nos quiere peleándonos, así que tenemos que ser conscientes (de ello), tratan de engañarnos", denunció.

Como icono del feminismo, Ono no se escapó a preguntas polémicas en un país como China, donde este año se detuvo a cinco prominentes feministas durante 37 días poco antes de que trataran de llevar a cabo un acto de concienciación sobre los acosos a mujeres en el transporte público.

¿Cómo ve la situación actual del feminismo y los arrestos de las feministas en China? Le espetó un periodista británico. Y Ono, en su estreno, optó por el pragmatismo: "Lo que sea que está haciendo el Gobierno, es inútil criticarlo, porque el Ejecutivo tiene demasiada burocracia. No critiques, sólo acéptalo".