El Ayuntamiento de Alicante quiere impulsar en su último tramo el Año Sempere, instaurado con motivo del 30 aniversario del fallecimiento del artista de Onil, tras considerar que esta efemérides ha pasado «prácticamente desapercibida», según señaló ayer el concejal de Cultura, Dani Simón, durante la inauguración de la exposición Eusebio Sempere/Abel Martín. La música de los números que no existen, que reúne en el MACA (Museo de Arte Contemporáneo de Alicante) sesenta serigrafías de nueve carpetas elaboradas por ambos entre los años 1965 y 1988.

La muestra, producida por el MACA y el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana y que permanecerá hasta el 24 de enero, es el primero de una serie de actos que se desarrollarán hasta principios de 2016 en el tramo final del Año Sempere, con los que el gobierno tripartito quiere reivindicar la figura de este maestro de la abstracción geométrica «y culminar un año invisible de la forma más digna posible», aseguró ayer el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, tras añadir que «estamos en un inicio de reconstrucción de Alicante en mayúsculas y Eusebio Sempere es uno los nuestros» que hay que valorar y contribuir a difundir.

Para ello, el primer edil recordó que el día anterior se acordó en el pleno bautizar con el nombre del artista alicantino la estación del AVE («Alicante-Eusebio Sempere»), cuya solicitud formalizarán en breve al Ministerio de Fomento, y anunció una «ruta de Sempere» con un plano callejero para ubicar algunas de sus obras: las esculturas Como una estrella, o La Pirámide en la Isleta, la pieza del aeropuerto, el MACA, el paseo de Óscar Esplá -ya que diseñó su pavimento- o el monasterio de la Santa Faz, donde se encuentra enterrado.

«No debe haber ni un solo visitante que se vaya de Alicante sin saber quién era Eusebio Sempere y sin visitar el MACA», declaró Echávarri, que calificó el museo alicantino de «joya» comparable al Reina Sofía de Madrid, mientras el concejal de Cultura optó por considerarlo «nuestro Guggenheim».

Simón añadió no entender «cómo Alicante no se identifica más con Sempere, como Valencia hace con Sorolla o Barcelona con Gaudí» y reiteró su apuesta por valorar la obra y «la generosidad» del artista de Onil, «que donó su colección de más de diez millones de euros a la ciudad».

«Sempere debe ser un reclamo turístico para la ciudad y una herramienta para crear la identidad cultural de Alicante».

Por su parte, la conservadora del museo y comisaria de la exposición, Rosa Castells, destacó que la muestra pretende ser un homenaje al trabajo común desarrollado entre Sempere y Martín, desde que se conocieron en París en 1958 hasta la muerte del segundo en 1985.

«Nunca habían estado al mismo nivel y formaron un equipo artístico genial que no se puede volver a repetir. Nadie ha hecho serigrafías tan perfectas como estas en España», afirmó Castells, que recordó que la primera de ellas -Las cuatro estaciones, de 1965- es la primera carpeta de serigrafías artísticas que se estampa en España, de cuya creación se cumplen 50 años.

«Sempere era el cerebro de las formas y los colores que luego Abel, estampador excelente, plasmaba sobre el papel», apuntó la especialista. Florencio Martín -hermano de Abel, que acudió a la presentación, al igual que Elena Escolano, propietaria de la antigua galería Italia-, añadió que ambos eran «muy trabajadores» y se pasaban «horas sin comer, sin beber y sin fumar para hacer las obras».

Esta es la primera vez que dichas serigrafías, de las más de un centenar que estamparon, se exponen con los textos literarios que las inspiraron, tomados de Gabriel Miró, Pedro Laín Etralgo, Julio Campal, José Miguel Ullán, San Juan de la Cruz, entre otros, así como la música de Vivaldi.

En todas ellas se conjuga «la música de los números que no existen con la literatura precisa para cada línea», indicó Castells, que recordó que la última de las carpetas -Las cuatro estaciones, de 1988- se interrumpió con la muerte de Sempere, en 1985, y se encargó de terminar Abel Martín tres años después. A esta se añaden Álbum Nayar (1967), Libro Alarma (1976), Transparencia del tiempo (1977), La Alhambra (1977), Homenaje a Gabriel Miró (1978), La luz de los Salmos (1980) y Cántico Espiritual (Homenaje a San Juan de la Cruz, 1982).

La muestra cuenta con un proyecto educativo a través del cual los escolares podrán realizar sus propias serigrafías y profundizar en las claves artísticas y estilísticas del artista.