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El Consejo de Cultura de Alicante sienta sus bases ante la ciudadanía

El MACA reúne a más de 200 personas para debatir con el concejal de Cultura, Daniel Simón, su propuesta para abrir a la participación ciudadana las líneas de la política cultural de la ciudad

El Consejo de Cultura de Alicante sienta sus bases

Que la cultura de Alicante es diversa, amplia, inquieta y con iniciativa es algo que quedó claro ayer, en una jornada que puede clasificarse como única y pionera en la ciudad. Y es que el MACA acogió a más de 200 personas que acudieron a la llamada del concejal de Cultura de Alicante, Daniel Simón, para presentar el borrador del reglamento del Consejo Local de Cultura, un compromiso que hizo público el edil tras asumir su cargo. Artistas, escritores, críticos, galeristas, actores, productores, dinamizadores culturales, profesores, intelectuales, músicos, periodistas y consumidores de cultura escucharon primero y hablaron después.

Simón esbozó las líneas generales de una propuesta con la que pretende regir de forma participativa el desarrollo cultural de la ciudad dando un vuelco a su configuración. «En Alicante tenemos una cultura compartimentada, cada uno se dedica a su ámbito y no existe una representatividad organizada de cada sector», apuntó el edil. «El Consejo de Cultura quiere ser la unión de estos ámbitos porque la Concejalía debe dar servicio a todos ellos».

El borrador contempla que este organismo será «consultivo y de asesoramiento» en las actuaciones y decisiones que deba adoptar la Concejalía de Cultura; fomentar y canalizar la participación de las personas y los distintos sectores sociales, y elaborar informes y propuestas, entre otras cosas.

El Consejo de Cultura tendrá tres órganos: el Pleno, el presidente y las Comisiones Permanentes. El Pleno estará integrado por el presidente (alcalde), un vicepresidente (concejal de Cultura), un representante de cada grupo político, un representante de la Universidad de Alicante y los representantes de las Comisiones Permanentes.

Estas últimas recogerán las aspiraciones, propuestas, ideas y sugerencias de la ciudadanía para su elevación al pleno. El documento recoge que serán en principio siete las comisiones, formadas cada una por entre una y cinco personas que tendrán una permanencia de tres años: artes plásticas, artes escénicas, música, letras y cómic, cultura urbana, audiovisual, y patrimonio cultural y cultura popular.

Esas comisiones son abiertas, de manera que «se va a abrir un censo para que se apunte todo aquel que quiera formar parte de alguna de ellas». Eso sí, solo se podrá estar en una comisión y serán esos miembros los que elijan a un máximo de cinco representantes. El concejal explicó que a partir de ahora se abre un plazo de 30 días para inscribirse en ese censo, después, tras analizar las propuestas, se presentará un nuevo borrador a mediados de enero y se creará el texto definitivo, que después tendrá que aprobarse en Junta de Gobierno y después en el pleno, lo que Simón definió como «un ejemplo de democracia participativa».

«Asumimos muchos riesgos porque con este modelo no tenemos el control sobre las decisiones, pero es que no queremos tenerlo», aseguró el edil que, no obstante, ha preparado un proyecto cultural para la ciudad para el próximo año dados los plazos estimados para la puesta en marcha del Consejo de Cultura. Ahí anunció la convocatoria de concursos para proyectos y subvenciones, que decidirán «jurados expertos de fuera, que elegiré ya con las comisiones», con el objetivo de que sean «lo más imparciales posible».

Y comenzaron las intervenciones. Primero sobre la necesidad de una comisión «transversal» que abarque muchas disciplinas «porque estamos en el siglo XXI», según representantes de la plataforma Continentes sin Contenidos. Después, sobre todo, por parte de los artistas plásticos. La crítica de arte Guillermina Perales pidió aclarar si estar en una comisión impedirá presentar proyectos y la garantía de que esas ideas no se van a institucionalizar. El concejal explicó que el Consejo de Cultura «elabora informes y marca las líneas estratégicas, los proyectos los presentará cada profesional en otro ámbito» y afirmó que «se van a realizar convocatorias, como un ciclo de exposiciones de arte contemporáneo como el que se hacía hasta ahora, pero que estará abierto a propuestas de todo el mundo».

El artista Isaac Montoya, miembro de la asociación de Artistas Contemporáneos de Alicante, apuntó si era «obligatorio» que los jurados fueran de otras zonas, «porque nosotros podemos tomar decisiones sobre la política cultural que queremos» y opinó que las comisiones al ser abiertas y sin retribución «van a ser amateur», por lo que sería más recomendable que fuera «un consejo profesional».

Simón respondió que participativo no es sinónimo de amateur y que la Concejalía ya cuenta con un equipo profesional remunerado. Aclaró, además, que «los jurados son para elegir los proyectos que optan a subvenciones, no para decidir las líneas estratégicas; no es lógico que alguien del mismo sector decida a quien de sus compañeros se le da la subvención», aunque no descartó que pudiera tener una composición mixta, con expertos de fuera y locales.

Otra artista, Perceval Graells, apoyó la medida del jurado externo «porque será imparcial y así no siempre estarán los mismos llevándose el pastel».

La comisaria de exposiciones Rosa Hernández reclamó que contar con presupuesto «es fundamental» para cualquier proyecto cultural y pidió un voto de confianza a este Consejo de Cultura «porque de donde veníamos se daba todo a dedo».

Otro artista, Eduardo Lastres, preguntó por los concursos públicos para elegir a directores de los centros, algo que Simón aseguró no poder asumir porque «estamos intervenidos y no podemos hacer contratos», pero se comprometió a que todos los centros culturales «tengan presupuesto y dirección».

También hubo propuestas para que se establezca la paridad en las comisiones haciendo que sus miembros sean un número par, consideración que el edil anotó, al igual que la inquietud por el apoyo al valenciano, algo que consideró asumido porque «la mayoría de nuestra cultura tradicional es en valenciano».

Otra intervención, ya del sector de las artes escénicas, para reclamar que se tenga en cuenta al sector del circo, «que no vemos que aparezca, » y que se apoye a quienes buscan una salida profesional en el arte porque «tenemos un mercado cultural empobrecido» y aseguró que «se ha fomentado una competitividad malsana» en vez de «unirnos para ayudarnos y volver a conquistar al público». Daniel Simón respondió que «la profesionalización de la cultura» es una de sus máximas ambiciones y que «vamos a impulsar en este sentido algunas salas de Las Cigarreras», además de comprometerse a abrir a los colectivos espacios «que ya existen en barrios».

También explicó que se va a unir a otras ciudades como Elche para reclamar a la Conselleria por qué Alicante solo recibe el 2 por ciento de la inversión de CulturArts y también por parte del Consorcio de Museos. «Hemos sido muy poco exigentes con estos organismos».

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