Un gran meteorito bautizado como la «Gran Calabaza», por su coincidencia con la festividad anglosajona de Halloween, alcanzó ayer su punto más cercano a la Tierra, cuando se aproximó a una distancia solo un poco mayor de la de la Luna, para luego seguir su viaje por el espacio. «¡Está cerca, muy cerca! (...) Parece una calavera rotando. Es como la cabeza gigante de un oso blanco», exclamó el astrónomo Bob Berman, señalando las imágenes de la roca estelar, llamada técnicamente 2015 TB145, que retransmitió por internet la comunidad «Slooh», asociada a la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA). Las imágenes retransmitidas en directo por la comunidad «Slooh» retrataron una brillante y veloz roca espacial, del tamaño de cuatro campos de fútbol (400 metros de diámetro) que se desplazó a una velocidad de 490.000 kilómetros, lo que supone una rapidez 29 veces superior a la de la bala de un rifle. Quienes pudieron hacerse con un pequeño telescopio lograron ver un pequeño punto brillante, que reflejaba la luz de la Luna y se desplazaba a una gran velocidad.