Más de medio siglo después de su primera viñeta, y totalmente emancipados de sus creadores originales, el irreductible Astérix el galo y su inseparable Obélix han reclutado a un personaje tan actual como Julian Assange para luchar contra los romanos y afiliarse a la inmortalidad.

El fundador de WikiLeaks es uno de los grandes reclamos de Astérix y el papiro del César, álbum del que ayer se pusieron a la venta cuatro millones de ejemplares y que constituye el volumen número 36 de una saga que iniciaron en 1956 el fallecido René Goscinny y el octogenario Albert Uderzo, continuada por el dibujante Didier Conrad y el guionista Jean-Yves Ferri, ambos de 56 años.

El nuevo título, fiel a su tradicional línea de estilo franco-belga, llega a las librerías dos años después de Astérix y los Pictos, que ya firmaron los nuevos artistas pero que supervisó de cerca Uderzo.

La atmósfera es la misma de siempre: un Julio César intentando aplastar a la última aldea que se le resiste a su imperio, el perrito Idefix, la pócima mágica de Panorámix... y Doblepolemix, un personaje al que evitaron llamar Wikilix porque resultaba demasiado evidente.