¿Es difícil volver a rodar después de un éxito como Pa negre?

No, porque en el intervalo he hecho una serie de televisión (Carta a Eva), de manera que es la época en la que estoy más engrasado, haciendo proyectos consecutivos, algo que no me había pasado nunca. Sí es verdad que es más difícil meterse en una historia como la de El rey de la Habana, que supone enfrascarte en la realidad de otro país, con otros problemas. Pero eso te abre la mente, que me gusta, y hace diferente el trabajo.

Entonces, un triunfo como el de Pa negre con un montón de premios Goya, ¿garantiza poder hacer una película posterior?

Sí. A mí el éxito me ha venido tarde y me ha hecho un señor más cómodo para la industria, así que ahora tengo más trabajo del que puedo hacer. Otra cosa es si son los encargos que realmente busco. Pero no me puedo quejar: se puede decir que estoy en un buen momento.

¿Y por qué ahora la Cuba de los años noventa, tan mísera y compleja?

El proyecto me vino por la productora. Isona Passola me ofreció el libro [de Pedro Juan Gutiérrez], sabía que yo tenía relación con Cuba desde hace muchos años, pensaba que era una historia para mí, leí la novela y me encantó. Habla de una época muy difícil, es verdad, pero lo maravilloso en Cuba es que siempre hay una pizca de humor, de alegría dentro de la desgracia.

¿La Cuba actual, distinta, le duele o le ilusiona?

Yo diría que es distinta en algunas cosas, pero no en todas. No existe el nivel de pobreza de aquellos años, es un momento en el que parece que empieza a haber cambios, que todo apunta a que irán a más, pero hacer predicciones con Cuba es complicado, de verdad. No sé si alguien sabe realmente hacia dónde va Cuba [ríe].

¿El cine en España está tan mal como suelen decir los profesionales o es la etiqueta que ya no pueden quitarse?

No lo sé... En el cine se han hecho cambios desde hace unos años y parece que no se ha enfocado bien con estas reformas. Los sistemas de exhibición y distribución han cambiado mucho y se ha perdido la conexión con el público. No porque las películas sean buenas o malas, sino porque el sistema no acepta todas las películas, así que ya hay un fallo de base. Y da mucho miedo, porque todas las películas tienen un público, pero necesitan un lugar donde exhibirse y un mínimo de interés para que la gente vaya.

¿El problema entonces no está en los autores?

Creo que es un problema de difusión, y las productoras no tienen como para gastarse ese dinero, así que se salvan las películas de Telecinco y Antena 3, que tienen su propio mecanismo de promoción. El resto estamos muy vendidos.

¿Afecta el hecho de que cada vez hay más canales? ¿El cine para usted sigue siendo el cine en sala?

No. No desprecio la sala, pero hay un sistema de leyes que hace que la recaudación que obtengas marque la recuperación por parte del productor. Eso es lo que apena. Yo, como director, ni gano ni pierdo con eso. Me da igual si el espectador disfruta la película en una sala o en su ordenador.

¿Por qué atrae tanto Cuba a los españoles?

Es verdad que siempre ha habido una vinculación con Cuba. Siempre hay un punto de atención a las noticias que llegan de allí que no existe con otros países de América. Supongo que hay muchos españoles que emigraron allí hace años, que fue una colonia, una de las últimas. Supongo que hay algo de todo eso.