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El Sevilla se aferra a la filosofía para hacer reír

El cómico lleva mañana al Teatro Principal su espectáculo Reflexiones del Hombre Lengua en el que, señala, «hablo de todo y no me meto con nadie»

El Sevilla se aferra a la filosofía para hacer reír

Además de cantar en Mojinos Escozíos, imitar a cantantes en Tu cara me suena y escribir libros de vez en cuando, Miguel Ángel Rodríguez, El Sevilla, ha tenido la ocurrencia de subirse a un escenario para reflexionar en voz alta sobre filosofía cotidiana vestido de Sócrates y confiesa que le ha cogido el gusto. Mañana, a las 21 horas, lleva al Teatro Principal de Alicante Reflexiones del Hombre Lengua que, como señala esta especie de superhéroe con túnica de filósofo clásico, «la lengua es el músculo que más desarrollado tengo».

El show de El Sevilla es un monólogo «que no tiene que ver con el del Club de la Comedia, en el que tengo muchos amigos y donde uno de ellos me empujó a que me subiera al escenario», aclara el líder de Mojinos, que reconoce que se encuentra «más relajado» en un teatro, donde no suele tocar con su grupo de música, y «donde he llegado a hacer doblete».

«Yo me agarro a la filosofía y al pensamiento para ofrecer al público una hora y media de humor y hacer que se ría cada 15 o 20 segundos. Como decía Aristóteles, el camino más directo a la felicidad es la sabiduría y yo aspiro a que todo el mundo salga más feliz del espectáculo porque todos serán más sabios de lo que pensaban al entrar», explica el showman, que inició esta gira en diciembre de 2014 y la ha mostrado ya en 44 teatros españoles..

En la hora y media de monólogo, El Sevilla habla «prácticamente de todo» y «sin meterme con nadie». Cuenta que su primera reflexión importante fue sobre los donuts, «es mi baza principal», y a partir de ahí, y de unas explicaciones que dio sobre su libro El hombre que hablaba con las ranas, construyó su discurso.

«Quien venga no va a escuchar comentarios políticos ni religiosos. Son muchas tonterías las que cuento -explica-. Por ejemplo, quizá nadie se haya planteado antes que una «hipotenusa» tiene las mismas vocales que «hijo de puta». ¿Y para qué sirve eso? Pa ná, pero ya sabes algo más. Uno puede ser feliz con pensamientos inútiles y yo hago filosofía aunque no sea útil».

Miguel Ángel Rodríguez apunta que se sube al escenario como si fuera Sócrates «y me creo que los espectadores son mis discípulos», pero añade que «no me da miedo la filosofía ni que vengan quinientos filósofos de carrera con la escopeta cargada porque yo respeto mucho la filosofía y es bueno hacer reír al público con el pensamiento, y con pensamientos absurdos, porque las conclusiones filosóficas no tienen por qué ser buenas para todos».

El Hombre Lengua confiesa que esta nueva faceta, que se suma a otras muchas suyas, le ha servido «para sentar la cabeza y ser ordenado porque si eres ordenado lo puedes hacer todo». Él, que esperaba ver entre el público a los fans de Mojinos Escozíos, se sorprende de que en el teatro no lleguen ni a un 20 por ciento, «y creo que no defraudo ni al fan de Mojinos ni al fan del teatro». «Le he cogido el gusto a esto; es toda una experiencia», admite.

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