Planeta afrontó ayer la primera edición del premio más importante de la editorial sin José Manuel Lara. Por eso, su nombre, su figura, su gestión, su trayectoria y su vida fueron, más que la literatura, los auténticos protagonistas de la presentación de la nueva edición de este galardón -ya la 64- que se falla esta noche en el Palacio de Congresos de Barcelona. José Creuheras, mano derecha del empresario fallecido este año, tomó el testigo y presidió el acto en la mesa que compartía habitualmente con el jurado y, en este caso, también con el hijo del empresario, José Manuel Lara.
Como un «magnífico editor, lector empedernido y muy amigo de los autores» lo definió Creuheras, pero sobre todo «una buena persona», para dar paso a Lara hijo, que incidió en una frase de su padre pronunciada en 2012: «Si Cataluña fuese independiente, Planeta tendría que irse a Zaragoza o a Cuenca». Y recordó que «la lección más importante que he tenido es la forma en la que se enfrentó a su enfermedad ya que supo hacerlo con entereza».
La escritora Carmen Posadas resaltó que «como todos los grandes hombres, estaba muy pendiente de los pequeños detalles», ya que «era una persona de enorme inteligencia». También Rosa Regás, a la que Lara reconocía como «mi escritora roja favorita», hizo hincapié en que «logró tener un imperio de editoriales pero que no hacían lo que él quería oír sino que cada uno podía decir lo que quisiera y esa es la característica de un buen editor». Palabras para el empresario también tuvieron Pere Gimferrer y Alberto Blecua, que reivindicó la lectura porque «no hay peor pueblo que el pueblo que no lee y Lara estaría molesto con esas leyes que nos llevan a la incultura».
Por su parte, Fernando Delgado, ganador del último Premio Azorín y nuevo miembro del jurado del Planeta, se remontó a 1995, cuando falleció Fernando Lara, para asegurar que «era una persona enormemente generosa y con un gran talento, dialogante sin renunciar a sus principios, un ejemplo de convivencia de lo que necesita la España actual».
Después llegó el momento de hablar de literatura, del premio que esta noche pondrá 601.000 euros en manos del autor de una de las diez novelas seleccionadas entre las 486 presentadas en esta edición, y 150.250 euros en las del finalista.
Y entre las diez finalistas, un poco de todo. Baja la novela histórica y sacan cabeza las historias sobre temas de actualidad y el pasado reciente, como destacó Eslava Galán. Algunas de ellas, El ladrón de sueños o La librería Vidal, en torno a una pareja que lucha contra la especulación de los propietarios de un inmueble; Nubes de tormenta, sobre un profesor de literatura en paro que entra en la prostitución masculina; Pijama party, la historia de un joven que en los 60 ve abrirse el mundo en Inglaterra; Trece meses desde mayo, centrada en la investigación de una mujer por descubrir los secretos de su marido; Psicolover, sobre un joven que elimina los obstáculos para conseguir un amor, y El baile de San Vito, novela sobre extraños accidentes que ocurren en un pueblo castellano en los 60.
Y sobre si Planeta se iría de Barcelona si Cataluña se independizara, Creuheras afirmó: «Nuestra voluntad es ese sentido es inequívoca».
