Alejandro Amenábar inauguró ayer con Regresión, su primera película en seis años, un thriller psicológico que congregó una larga cola de cinéfilos expectantes para la primera sesión del Kursaal. Pero horas antes comenzaron a llegar las estrellas a las que se pudo ver en vaqueros y camisetas. Pero quien más revolucionó a fans y espectadores fue un falso Robert de Niro, tan parecido al auténtico que se gana la vida sólo con eso, aunque un detalle le delató, su traje de gala, inapropiado para la hora. Marc Lloret, de nombre artístico Marc De Niro, es catalán y se parece muchísimo al estadounidense, pero cuando De Niro era quince años más joven. Este De Niro de pega llegó justo después de que se bajaran de sus flamantes Audi A7, patrocinadores del Festival, las estrellas de la mañana, Benicio del Toro y Emily Blunt, protagonistas de Sicario, la última superproducción de Denis Villeneuve con guerra del narco en Ciudad Juárez incluida. Blunt, poco acostumbrada a las cordiales bienvenidas del público del Festival, siempre respetuoso, pasó como una exhalación, vestida informal, de vaqueros y camiseta de rayas marineras, mientras Benicio del Toro, viejo amigo de Donostia, firmó autógrafos y saludó efusivamente, hasta que le entró hambre, dijo, y se despidió de todos. Imposible no llamar la atención el protagonista de 21 gramos y Traffic, con pantalón negro de bolsillos, gorra azul y blanca y cazadora de piel negra, con el detalle de las deportivas de suela blanca.

Carmen Maura fue una de las primeras estrellas españolas en aparecer, en esta ocasión para presentar el corto que Paco León ha rodado para Gas Natural Fenosa: Vaca Paloma. También se dejó ver George Miller, quien recogió en la gala inaugural el Gran Premio de la Federación Internacional de Críticos de Cine a la mejor película del año por Mad Max: Fury Road. La segunda entrega del nuevo Mad Max que han protagonizado Tom Hardy y Charlize Theron tendrá que esperar. Miller quiere filmar ahora una película «muy pequeña, sin acción y rodada en el día actual».