Es más que una obra de teatro. Por el principio y por el fin. Por el principio, porque responde a la ejecución de un proyecto complejo, auspiciado por la Obra Social la Caixa, que incluye un laboratorio creativo, un documental- vídeo y un espectáculo teatral. Por el fin, porque se trata de generar una propuesta alternativa de sensibilización social, sobre todo en los niños, en la lucha contra el estigma que padecen las personas afectadas por una enfermedad mental.
Todo lo ha hecho la compañía alicantina Fàbrica de Paraules, que ahora ve materializada su iniciativa con el estreno de El niño que salió de un agujero negro, propuesta teatral que se presenta hoy, a las 18 horas, en la Casa de Cultura de Sant Joan. Con este proyecto artístico se pretenden aportar nuevas miradas a cerca de la enfermedad mental a los más pequeños, a través de teatro, títeres, sombras y música en directo.
Alberto Celdrán es el artífice de todo esto, que comenzó con un laboratorio creativo, en el que intervinieron 25 personas afectadas por alguna patología mental y que se celebró en la Biblioteca Municipal de Sant Joan durante los meses de mayo y junio. En el desarrollo del taller trabajaron los enfermos junto al equipo de Fàbrica de Paraules y se generaron historias, reacciones y actitudes que son las que han dado lugar al montaje teatral. «No solo hemos trabajado con sus historias sino con las pautas y las conclusiones relacionadas con la enfermedad mental. De ahí hemos querido llevar al escenario la revisión de nuestras infancias y reflejar cómo se sienten ellos y que conducta social hay respecto a esta enfermedad».
El tercer nivel del proyecto se centra en un documental, también dirigido a los más pequeños, que se rodó en el mes de julio, con dos niños sin enfermedad mental que visitaron durante las mañanas de todo el mes el Centro Doctor Esquerdo en Sant Joan para convivir con afectados con esta patología. «Fue muy interesante porque tenían una serie de dudas sobre la enfermedad mental y se fueron relacionando con ellos a través de actividades, de charlas, de preguntas, para encontrar sus respuestas», afirma el director y protagonista del montaje teatral. A partir de esa relación, «la intención es que ellos hayan despejado sus dudas y que a su vez sean capaces de explicarlo a otros niños. Si resulta difícil hacer una campaña de sensibilización para adultos, pues para niños mucho más».
De esta manera, el documental se construye «a partir de las dudas de los niños» y el espectáculo «a través de determinadas vivencias respecto a esta enfermedad, con una serie de símbolos y espacios destinados a que cada uno pueda realizar su propia lectura porque nosotros no lanzamos una mirada unilateral, planteamos una reflexión, no ofrecemos un mensaje unilateral».
Al hilo del proyecto, Alberto Celdrán pidió a algunos artistas plásticos su colaboración para realizar una obra que sirviera de estímulo creativo a los participantes en el laboratorio. «Empezó siendo una cosa de amigos y al final se han vinculado 21 artistas plásticos, entre ellos, David Sardaña, Jordi Huguet, Fefeto, Valiente Verde, Juan Castaño, Juan Palomares, Patricia Pérez Valdés, Antonio Gómez o Paula Alenda, y hemos recopilado más de 40 obras, entre fotografía, pintura, grabado, acuarela...». Por eso, Celdrán afirma que «queremos que sea el punto de partida para que el arte se use como estímulo en el desarrollo de estas personas y ya hay un compromiso del Ayuntamiento de Sant Joan para realizar una exposición».
Después del estreno, la obra, y por tanto la divulgación del mensaje, continuará su expansión por diferentes escenarios: el 19 y 20 de octubre, de nuevo en la Casa de Cultura de Sant Joan; el 12 de noviembre, en la de Mutxamel; el 15 de noviembre, en la de Agost, y del 1 al 5 de diciembre, en la Sala Tramoia de Elche.
