Recién llegado del Festival Starlite de Marbella en el que actuó el pasado viernes, el cantante Alejandro Sanz desplegó su gran repertorio de canciones en el concierto que ofreció anoche en el estadio Guillermo Amor de Benidorm. Una actuación que no dejó indiferente a los más de 12.000 asistentes que congregó el madrileño en la ciudad de los rascacielos, una parada incluida en su nueva gira «Sirope», que dio el pistoletazo de salida el 30 de julio en Córdoba. «El silencio de los cuervos», incluida en su último álbum, fue la canción escogida para que comenzaran a sonar los primeros acordes de la noche, puntual a las 22.30 horas.
Tras dedicar palabras de agradecimiento a su telonera Ilu Pérez, concursante de La Voz en el equipo del cantante y conocida en la ciudad por actuar en los bares del municipio, retomó la música con otra de sus nuevas canciones: «A mí no me importa». Pero, además de su disco «Sirope», en las cerca de dos horas que duró el concierto también dio tiempo para que repasara su trayectoria tocando los temas más conocidos de su carrera, como los famosos «Corazón partío» y «No es lo mismo», que estrenó en 1997 y 2003 respectivamente.
Esta es una parada más en su gira en la que viajará por 24 ciudades, en varias de ellas con el cartel de «Todo vendido».
Según datos de la organización, las primeras entradas en agotarse fueron las «Premium», situadas a los pies del artista y cuyo precio ascendía a 80 euros por persona. En esta zona cabían 1.000 asistentes.
Este importante evento estival lo llevó a la ciudad una empresa privada de la ciudad, Benidorm Palace, que ante la previsión del numeroso público que podía congregar, decidieron ubicarlo en el estadio del poliderpotivo de Foietes.
