Después de días de polémica en la que han intervenido desde las embajadas de Israel o Estados Unidos hasta la Unión Romaní o Esperanza Aguirre, la organización del festival Rototom Sunsplash de Benicàssim ha invitado de nuevo al cantante Matisyahu a actuar el próximo 22 de agosto y ha pedido disculpas tras reconocer su «equivocación» al anular el pasado sábado su actuación.

En un comunicado, publicado ayer tras reunirse con las comunidades judías españolas e internacionales, la dirección del festival -que suspendió la actuación de Matisyahu después de que éste no se pronunciara sobre el derecho del pueblo palestino a tener un Estado propio y sobre el uso de la violencia- pidió ayer «públicamente disculpas a Matisyahu por haber cancelado su concierto» y comunicó que le ha invitado a actuar en el festival, como inicialmente estaba previsto en su cartel.

El festival «reconoce su equivocación, fruto del boicot y de la campaña de presiones, amenazas y coacciones promovidas por BDS País Valencià al considerar que podían alterar gravemente el normal funcionamiento del festival, lo que impidió gestionar la situación con lucidez».

En el comunicado, la organización aclara que el Rototom «rechaza el antisemitismo y cualquier tipo de discriminación religiosa; respetamos a la comunidad judía y pedimos sinceras disculpas por lo sucedido» y concluye que después de 22 años, el festival «reafirma su compromiso con la cultura de paz y del respeto entre culturas, incluida la libertad de creencias reconocida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en la Constitución Española».

El director del Rototom, Filippo Giunta, añadió ayer que actuó «de buena fe» para evitar posibles problemas, reconoció su error y rechazó las acusaciones de racista -«es lo que más daños nos ha hecho en 22 años», indicó a Efe-, tras indicar que Matisyahui todavía no ha respondido a la oferta.

La suspensión de la actuación de Matisyahu se produjo el pasado sábado, después de que cinco artistas se sumaran a la campaña de «boicot» iniciada por BDS y amenazaran con no actuar si se mantenía en cartel al artista estadounidense.

Desde ese momento, numerosas organizaciones se pronunciaron contra de la decisión. El propio músico manifestó haber sufrido una «presión ofensiva y espantosa» al haber sido requerido por el festival para que se pronunciara públicamente sobre su postura sobre el conflicto Palestino-Israelí y aseguró que «ningún otro músico» había sido sometido a estas condiciones para actuar.

El Consell y el Gobierno central reprobaron la decisión del festival públicamente, así como las embajadas de EE UU e Israel, que tildó de «censura ideológica con tintes antisemitas» la cancelación.

Políticos como la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre, o la portavoz de Ciudadanos, Carolina Punset censuraron también los hechos, así como asociaciones como la Unión Romani o el colectivo Manos Limpias, que formuló ante el Fiscal General del Estado denuncia por «delito de coacciones y contra las libertades fundamentales».

El PSOE se felicitó de la rectificación del festival, así como las comunidades judías, que recordaron que «no se puede volver a repetir» algo así, mientras músicos como Jorge Drexler expresaron en Twitter que el Rototom «no quiere contratar judíos como Matisyahu, pero sí homófobos como Capleton».

Por otra parte, BDS reafirmó ayer sus argumentos contra Matisyahu, al que acusó de justificar crímenes de guerra y un régimen de apartheid, y reiterar su rechazo por «haber puesto su música al servicio de la causa sionista y belicista del ejército de Israel». BDS distribuyó el fragmento de una canción de Matisyahu, Height, en cuya letra consta: «Estoy dejando caer bombas sobre vuestras madres hasta vuestra consternación».

Podemos, informa Europa Press, mostró su respeto por la decisión del festival así como por la «libertad de cada artista para expresar sus preferencias políticas», aunque sigue discrepando con las consideraciones del cantante sobre Palestina. Y el diputado de IU por Valencia, Ricardo Sixto, apuntó que el festival «deberá revisar sus criterios para no caer en los ridículos» porque «un día considera una cosa y otro día otra».