El robo de 45 pequeñas piezas de uno de los almacenes del museo San Pío V de Valencia ha derivado en un cruce de declaraciones entre el Consell, que reclama más recursos económicos, y el Gobierno central, que argumenta que las obras de ampliación no afectan al pabellón asaltado.

El robo se produjo en la madrugada del pasado lunes, en un almacén que se encontraba sin videovigilancia debido a la desconexión de una cámara con motivo de las obras de ampliación, según miembros del Consell.

Las piezas robadas «no tienen un gran valor económico» y, si son puestas a la venta, interesarán más a personas que quieren comprar «cosas curiosas» que a «grandes coleccionistas de arte», según ha explicado la jefa de sección de Museos de la Dirección General de Museos y Patrimonio de la Generalitat, Pilar Ineba.

El Consell ha lamentado que la anterior dirección del museo permitiese la desconexión de una cámara de vigilancia sin que constase un informe previo cuando se iniciaron las obras de ampliación.

La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, ha reclamado al Ministerio de Cultura recursos para que el Museo de Bellas Artes San Pío V «esté en las condiciones de seguridad y dignidad que se merece» y ha asegurado que nadie se imagina al Museo del Prado en la misma situación. Para Oltra, tener a la segunda pinacoteca española en tan malas condiciones parece «una película de Berlanga».

Por el contrario, desde el Ministerio de Cultura, titular de los fondos del museo (no de su gestión, que es autonómica) y responsable de las obras de ampliación, se ha informado de que las obras no afectan al pabellón donde se produjo el robo. «En este pabellón no se están realizando obras, ni forma parte del proyecto de rehabilitación que está ejecutando el Ministerio, aunque las obras afectan directamente a la fachada más cercana del pabellón».