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Homenaje a los pioneros alicantinos del cómic

Una exposición recoge los trabajos de siete dibujantes de cómic alicantinos de los años 70 y 80

Dos paneles de la exposición. eric carpe

La exposición Veteranos del cómic alicantino saca a la luz los trabajos de siete dibujantes alicantinos que durante los años 70 y 80 tuvieron un importante papel en el mundo del cómic. Algunos trabajaron en tebeos de renombre; otros publicaron en importantes editoriales; y el resto creó historietas centrándose tanto en temas románticos como en el misterio o el terror. El bar Freaks del barrio alicantino de Benalúa muestra desde el pasado jueves algunos de los trabajos de los fallecidos Fuentes Man y Jordi Franch. El primero de ellos destacó por ser el segundo dibujante de Capitán Trueno. Mientras que Franch se centró más en las novelas románticas. Del mismo modo pueden verse los dibujos de Antonio Escolano, Enrique Nieto, Juan Soler, Demetrio Sánchez y Rossend Franch, quienes hoy en día siguen dedicando su vida a la ilustración y tratan de adaptar su experiencia a las nuevas tecnologías.

En España esos años supusieron el inicio del esplendor del cómic, aunque las empresas no supieron explotarlo tanto como podrían haberlo hecho teniendo en cuenta el nivel de los dibujantes que iban apareciendo. Los artistas tenían que recurrir a agencias extranjeras, donde sí tenían un buen reconocimiento, y a ellas les vendían sus trabajos. «Las empresas españolas no supieron explotarnos. Nosotros teníamos que vender nuestros trabajos en el extranjero y ellos los vendían a otros países, incluido España», comenta Antonio Escolano, que lamenta que el editor español «pagaba muy poco y no apoyaba». Una situación precaria que tuvieron que asumir para poder dedicarse a aquello que les apasionaba. Sus trabajos estaban muy mal pagados y una vez que caían en manos de los extranjeros perdían todos sus derechos, llegando a veces a tener que deshacerse de los originales y firmándose incluso con otros nombres. Pero ningún impedimento logró robarles la ilusión a estos siete alicantinos que, cada uno con su estilo y todos igual de meticulosos, consiguieron hacerse un hueco importante en la ilustración internacional. «Dibujar historietas en aquella época supuso un aprendizaje muy bueno», asegura Enrique Nieto.

Es precisamente este aspecto, el de la importancia de la técnica y la precisión, el que pretende mostrar la exposición que podrá verse hasta el próximo 27 de septiembre.

El objetivo de la muestra es que las nuevas generaciones de dibujantes conozcan cómo se trabajaba en la época y que puedan así tener conciencia de la gran labor artesanal que se llevaba a cabo entonces. «El cómic antiguo es desconocido, la gente joven no sabe cómo se trabajaba antes y sin embargo es muy interesante porque son técnicas que ya no se usan», comenta la organizadora de la exposición, Natalia Molinos.

Así, en la muestra se aprecia el contraste entre los bocetos a mano en blanco y negro y la impresión final a color; los fotolitos propios de la época; o las rotulaciones hechas a mano, siendo la esencia de la exposición que todos los documentos son originales.

La idea de llevar a cabo esta exposición surgió el año pasado, después de realizar otra muestra sobre el cómic alicantino en general. «Viendo la curiosidad que tenían los nuevos dibujantes en la historia del cómic, creímos que sería interesante reunir una muestra de los trabajos de estos ilustradores alicantinos», explica Molinos. La exposición, que se inauguró el pasado jueves, tiene un espacio reservado para los trabajos de cada uno de los siete dibujantes y deja constancia, como señala Juan Soler, «de algunos aspectos significativos de la época», como el trabajo minucioso a lápiz o las técnicas caseras que se empleaban para simular el efecto del aerógrafo.

«El mundo del cómic sigue siendo muy desconocido, quizá porque durante mucho tiempo ha estado desprestigiado», apunta Natalia Molinos. «Es una gran ayuda para la lectura y la cultura en general», agrega Es por ello que considera «positivo» que se organicen este tipo de exposiciones que permiten juntar a veteranos y jóvenes para compartir sensaciones. «Los jóvenes nos enseñan cosas sobre las nuevas técnicas y nosotros les aportamos a ellos la experiencia», explica Enrique Nieto. Con este objetivo, el de juntar a diferentes generaciones, además de la exposición se van a poner en marcha una serie de talleres paralelos que recogen charlas y proyecciones de cine.

Una exposición que pretende que se conozca bien una época en la que los dibujantes de cómic alicantinos hicieron grandes trabajos a pesar de estar infravalorados.

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