Chirbes leía y escribía desde su refugio alicantino en Beniarbeig. Allí, apartado del mundo, como solía decir, trabajaba las novelas que le han catapultado a lo más alto de la literatura española en los últimos años. Chirbes era un tipo muy particular y él mismo reconocía su poco gusto por los viajes y encuentros literarios, aunque eso no fue impedimento para disfrutar de su presencia en Alicante. De hecho, en marzo del 2012 y en febrero del 2015 asistió a las veladas de «Cada Cual» del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, a las que acudían docenas y docenas de lectores interesados en las complejas como atractivas tramas de sus novelas. También este mismo año estuvo en el Aula de Cultura CAM de la Fundación Caja Mediterráneo, en una entrevista junto al editor Jorge Herralde. Su obra Crematorio fue adaptada a una serie de televisión y, protagonizada por Pepe Sancho (encarnaba al constructor Rubén Bertomeu), tenía lugar en la costa ficticia de Misent, que podía estar inspirada en Dénia o Xàbia. «Escribí Crematorio muy a disgusto, me parecía poco moral, muy oscura», señaló en una entrevista con este medio. j. payá