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Francisco Sanguino, futuro director del Teatro Principal

«El Principal no puede ser un plató de Telecinco ni un museo de cera»

El dramaturgo Francisco Sanguino, futuro director del teatro alicantino a propuesta del Ayuntamiento de Alicante el próximo 2 de septiembre, afirma que su objetivo es «hacer una programación de calidad, aumentar el público y los ingresos»

«El Principal no puede ser un plató de Telecinco ni un museo de cera»

El Ayuntamiento de Alicante anunció ayer que el autor y director teatral Paco Sanguino será el próximo director del Teatro Principal -del que es propietario junto al Banco Sabadell- al proponer su nombramiento el próximo 2 de septiembre en el Consejo de Gobierno del teatro tras el cese de María Dolores Padilla. Según manifestó ayer el concejal de Cultura, Daniel Simón, Sanguino representa la idea de «abrir el teatro a la vertiente social y artística» con una programación en la que «debe primar la calidad y no buscar únicamente el beneficio comercial». «Hay otra programación posible y Paco Sanguino es la persona adecuada para hacer rea-lidad el nuevo proyecto», apuntó Simón en un comunicado.

El nuevo responsable del Principal considera «el máximo honor para un hombre de teatro» dirigir el escenario alicantino que, a su juicio, «no puede ser un museo de cera ni un plató de Telecinco». Sobre si esa es la imagen que tiene del Teatro Principal, aclara que «ese es el riesgo que se corre» y añade: «No soy yo el que debe juzgar la labor de María Dolores Padilla».

Sanguino (Alicante, 1964) se marca como objetivos fundamentales «hacer una programación de calidad, aumentar el público y los ingresos» y afirma que en el Principal «no pueden faltar nunca los grandes autores, directores e intérpretes». Aunque en el último año el Principal ha traído a Alicante obras de autores reconocidos como Jordi Galcerán o directores como Miguel del Arco, Peris Mencheta o Blanca Portillo, el nuevo director insiste en no entrar a valorar la programación realizada, pero tampoco considera que la nueva oferta deba ser «menos comercial», como sugiere el concejal de Cultura, siempre que prime la calidad.

«No existe el género comercial, como tampoco existe el género en valenciano. Siempre se quiere que el teatro sea lo más comercial posible y que la gente vaya a verlo, pero el teatro se tiene que juzgar por su calidad», afirma.

Respecto a si habrá más programación de teatro en valenciano -otra de las reclamaciones de Daniel Simón a Padilla-, Sanguino considera que «si el concejal cree que tiene que haber más representación de la cultura propia, estamos de enhorabuena y no es ninguna noticia que se apoye el teatro en valenciano», tras rebatir la afirmación de la anterior directora sobre la baja asistencia a estos espectáculos: «A ver si facilita algún dato al respecto».

«Mi intención es traer teatro valenciano de calidad, igual que teatro en catalán, entre otros. En España hay dos focos de producción teatral, Madrid y Barcelona, y aquí solo ha venido el de Madrid, o digamos que el teatro catalán ha venido poco. Y no creo que no tenga público, al contrario, cuando ha venido la gente ha ido en masa. Aquí venía hace años Els Joglars y se quedaba gente fuera sin poder verlo», recuerda.

No obstante, quita hierro a la polémica sobre este asunto y tranquiliza a los críticos del teatro en esta lengua: «Que nadie se preocupe por lo del valenciano. No queremos hacer todo el teatro en valenciano o en catalán. Queremos que venga el teatro de calidad, en el idioma que sea, y no solo en valenciano. Yo quiero que venga Ricardo Darín y también Toni Servillo [el protagonista de La gran belleza] en italiano porque ante eso el público siempre responde. Queremos recuperar cierta programación de teatro internacional con obras en francés, en italiano o en otros idiomas. Alicante siempre ha sido un lugar de multilingüismo».

También señala Sanguino que le gustaría traer a Alicante «el gran flamenco español, que tampoco está representado en este teatro, que tiene un público histórico que lo reclama en Alicante» y respecto la programación ya contratada hasta final de año indica que «tendremos que asumirla» y empezar a programar después.

«Si podemos, incorporaremos alguna cosa, pero la economía no está para pensar mucho en eso con 125.000 euros de déficit».

En el caso de que se mantengan los 240.000 euros de dotación para el próximo año 2016, Sanguino coincide con su antecesora en que «el presupuesto está muy por debajo de la media en España en un teatro de estas características» pero añade que «no es el primer proyecto imposible en el que me meto. Incluso sin dinero se pueden hacer grandes cosas».

No obstante, el futuro responsable del teatro asegura que llamará a las puertas de la Generalitat para aumentar la financiación «porque si hay una deuda histórica de 200.000 euros habrá que reclamarla».

Además de dirigir el Principal, Sanguino se encargará también de «coordinar los espacios escénicos de la ciudad, como el teatro que se hace en Las Cigarreras, en algunos centros sociales, al aire libre en los parques, o en lugares como el castillo de Santa Bárbara».

Su intención para elaborar la programación es eliminar la figura del «director napoleónico» y crear un comité de expertos, «de siete u ocho personas y de carácter ejecutivo, no consultivo, que estudie la oferta de teatro música y danza y decida la programación y su ubicación». El propósito último será que finalmente la ciudadanía, de aquí a cuatro años, pueda decidir qué se ve en Alicante y que ese sea uno de sus legados. «De ahí viene lo de la vertiente social del teatro a la que se refiere el concejal, a conectar el público con el teatro» y, en esa línea, añade Sanguino, pretende abrir el teatro por la mañanas «a centros educativos y colectivos de la tercera edad, con compañías de teatro amateur».

También está en su mente reunirse con los directores del resto de teatros de la ciudad «para coordinar la programación y programar para la ciudadanía, y no para cada teatro» y convocar a los responsables de teatros de la provincia para «tratar de reducir costes y contar con una oferta coordinada», concluyó.

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