Susannah Mushatt Jones, la persona más anciana del mundo, cumplió ayer 116 años y espera celebrarlo con una fiesta íntima y, si el cuerpo da para más, con un acto público en su comunidad del barrio neoyorquino de Brookly. Según informó ayer en un comunicado la organización de los récords Guinness, la dama, que ha perdido la vista y apenas oye, recibió en su casa un certificado de Guinnes fechado el pasado viernes en el que se confirma que es la persona con vida más anciana. Jones tenía planeado reunirse ayer con sus familiares para celebrar el cumpleaños y hoy asistirá a otra celebración pública con amigos y funcionarios de su barrio, en un acto del que aún se desconocen detalles. Jones, que nació el 6 de julio de 1899 en el condado de Lowndes, en el estado de Alabama, aunque en 1922 se trasladó a Nueva Jersey y un año después a Nueva York, tuvo diez hermanos, todos fallecidos, y ahora conserva un centenar de sobrinos. En Nueva York se ganó la vida como ama de llaves y niñera. La anciana se convirtió en la persona viva con mayor edad el pasado 17 de junio, tras el fallecimiento de la también estadounidense Jeralean Talley, que vivía en Detroit. Talley llegó a vivir 116 años y 25 días. La anciana sólo toma dos medicamentos al día y, cuando se le preguntó por el secreto de su longevidad, respondió solamente: «¡Dormir!». El récord provisional lo tiene el francés Jeanne Calment, quien murió en agosto de 1997 a la edad de 122 años. Mushatt lleva pocas semanas de diferencia a la segunda persona más anciana en la lista, la italiana Emma Morano-Martinuzzi, que nació el 29 de noviembre de 1899. efe. nueva york