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El MARQ busca en Lucentum la puerta que daba al mar

El director técnico del museo, Manuel Olcina, encabeza a partir del lunes las excavaciones en el sudeste de la ciudad para comprobar la existencia de un acceso en la zona de la muralla que comunicaría con el área portuaria y los barrios suburbanos

Al fondo, frente al edificio La Chicharra, es la zona del yacimiento donde se va a excavar para buscar la puerta

Su estratégica localización junto al mar, el carácter comercial del asentamiento y su distribución urbanística hacen pensar con lógica en que la ciudad de Lucentum tenía una puerta que comunicaba el interior de la zona amurallada con el área portuaria. Esa vía de paso es la que el MARQ quiere buscar en las excavaciones que se van a realizar en el yacimiento del Tossal de Manises a partir del lunes y que pretenden comprobar si las hipótesis de los arqueólogos se confirman.

Manuel Olcina, director técnico del museo, será el encargado de dirigir esta campaña, que se desarrollará a lo largo del mes de julio, junto a Antonio Gilabert, y la intervención de Rafael Pérez como arquitecto conservador, además de siete alumnos de la Universidad de Alicante y alguno de la de Barcelona.

El lunes se acotará una zona de unos 50 metros cuadrados, en la zona sudeste del yacimiento, que da frente al actual edificio La Chicharra. Este área se encuentra sin excavar, por lo que será «una excavación en una zona virgen, vamos a empezar desde el principio», apunta Olcina.

El punto donde se va a trabajar, que tiene el límite en la muralla, se ha definido con la prolongación de la calle del foro en línea recta, «donde pensamos que estará la puerta; hemos seguido la calle de forma lógica porque urbanísticamente debería ser ahí donde se encuentre en caso de existir».

Si apareciese, se trataría de la llamada puerta marina «porque facilitaba la comunicación con el puerto y con los barrios que estarían en contacto con el mar». De aparecer alguna evidencia, «podríamos encontrarnos con una puerta sencilla o con una muy compleja, de carácter militar y fortificada, aunque también puede que haya muchas construcciones superpuestas», si se hizo en época anterior a los romanos.

El arqueólogo afirma que se trata de buscar este vestigio y, en caso de confirmarse, la excavación seguiría el próximo año. «Ahora se trata de verificar su existencia porque empezamos desde cero, aunque partimos de una hipótesis urbanística sólida y bien argumentada». Si aparecen restos que apoyen esa teoría, «quiere decir que había una gran concentración de barrios suburbanos al otro lado de esa puerta, en la parte que da al mar y de esa forma tendríamos una idea mucho más clara del entorno de la ciudad y su evolución».

Desde esa parte de la muralla hasta el mar, habría construcciones y barrio , «aunque todo eso se ha perdido completamente al construir encima», afirma. «Ahora que vamos adquiriendo más datos hay que pensar que Lucentum estaba rodeada de barrios más o menos densos, necrópolis, villas agrícolas, talleres de alfarería y esparto, de elaboración de vino y aceite. Había toda una actividad artesanal alrededor. Lo que conocemos ahora es el núcleo urbano, el centro, pero Lucentum sería mucho más».

En su opinión, «tenemos una imagen distorsionada de esta ciudad porque se ha urbanizado todo y pensamos que la ciudad era solo lo que conservamos dentro de la zona amurallada, pero alrededor había mucho».

En este sentido, Olcina destaca que «incluso para el visitante podríamos habilitar la puerta de manera que entraría por una y saldría por otra, con lo cual sería una referencia muy clara para explicar la ciudad romana. No es lo mismo salir del yacimiento por la arena que por una de sus puertas porque eran unos elementos muy importantes para los romanos; las puertas en Roma eran los puntos de comunicación entre un lugar sagrado y otro que no lo era, el punto de contacto entre dos esferas religiosas distintas».

Hasta ahora se conoce una puerta romana en la ciudad, la de la zona oriental, que era la principal y se construyó primero con carácter defensivo en época de guerras. Posteriormente, Augusto la convirtió en en una entrada urbana. «Las ciudades romanas solían tener cuatro puertas, pero como Lucentum está en una colina muy abrupta en el norte, podría haber tres, pero no sabemos; lo que sí creemos es que dos seguro que hay».

En caso de que no haya resultados, «aún así el trabajo nos daría datos muy interesantes para conocer mejor la vida de la ciudad». El siguiente paso sería intentarlo en las zonas próximas «por si se hubiera construido desplazada en la muralla».

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