Mi pesadilla favorita nació O meu pesadelo favorito porque usted escribe en gallego.

Es una opción elegida. Es más difícil salir y darte a conocer, pero se puede perder la lengua y hay que apoyarla. ¡Ahora voy a publicar con dos editoriales valencianas, Bromera y Andana!

Las pesadillas, los sueños, son campo abonado a la imaginación.

Es una historia que transcurre en dos planos, el de la realidad desde el absurdo, como es la vida que a veces supera la ficción, y por otro lado el plano onírico, que me permitía crear los personajes que me diese la gana, con toda la fantasía.

Es un libro infantil, pero se descubren varias capas en la lectura y un mensaje que se repite: «Lo diferente es bueno».

Es todo un canto a la diferencia y a permitirnos ser distintos sin tener que avergonzarnos por razones sexuales, de raza, religión, etc. No me gusta aleccionar y huyo de los cuentos que lo hacen, las conclusiones deben sacarlas los lectores. Es verdad que hay diferentes planos de lectura. Yo digo que es un libro para gente de 8 a 100 años.

En el trasfondo hay realidades duras, el paro, la muerte... ¿no hay que suavizarlas a los más pequeños?

Hay una realidad dura, sí, no es un cuento de hadas. Un cuento infantil no debe estar en los mundos de Yupi, sino en la realidad. Hay realidad que parece imposible: en el cuento el niño tiene dos perros verdes y es verdad que el año pasado nacieron dos perros verdes en Valladolid; también que dos mellizos pueden nacer en días diferentes. Yo estaba en la radio pública gallega el día que murió Ana María Matute. Por la noche escribí el capítulo de Arsenio Matute, el vendedor de olores. Y luego me concedieron el premio Lazarillo que Ana Mª ganó hace 50 años.

¿Rinde homenaje a Carroll?

La alusión a la Alicia de Carroll es deliberada, pero esta Alicia es su antagónica: aquella era una niña bien, esta es pobre.

«No hay nada más energético en el Universo que un beso», escribe.

Con los años al escribir tengo más sentimientos y busco más los sentimientos. Lágrimas, humor. Me interesa la literatura que busca la fibra, es en ese momento cuando converges y haces que tu cuento no sea ya solo tuyo, sea de alguien más.

¿La literatura infantil se ha puesto ya de largo?

Cada historia me marca la edad. No siento que me falte algo por no hacer literatura para adultos. Hace poco los reyes me invitaron a una audiencia y me pareció todo un reconocimiento a la literatura infantil y juventil y a la literatura escrita en otras lenguas del Estado. Ese gesto me gustó.