Acaba de cerrar dos años de representaciones de su espectáculo ¡Martínez... que no eres bueno!, ¿qué balance hace?
Espectacular. No puedo estar más agradecido. Muchas ciudades, muchos llenos y buena respuesta.
¿Qué tiene de especial Martínez... que no eres bueno?
Que no es un monólogo. Es un espectáculo de variedades.
Cierra este episodio de su vida, ¿qué planes de futuro tiene?
Estrenar la serie El Chiringuito de Pepe y doblar la película Hotel Transilvania 2.
¿Está en un buen momento profesional?
Sí, porque realmente hago lo que me apetece. Ésa es mi manera de trabajar, y este último año la estoy cumpliendo a rajatabla.
¿Qué cree que le gusta al público de usted?
No sé, es algo que deberían contestar ellos. Pero yo creo que soy una persona normal y natural, como cada uno de ellos.
¿Qué ha cambiado en el humor actual con respecto al de la generación anterior?
Antes éramos más de contar chistes. Ahora a un cómico se le pide que pueda presentar, actuar, hacer monólogos, improvisar... Se busca el cómico total.
¿Está de moda ser cómico?
No creo que sea una moda, toda la vida los ha habido. Ahora lo que te puedes encontrar es más variedad y calidad.
¿No ha disparado la crisis la profesión?
Cuando la gente está triste o pasando un mal momento necesita reír. Ahora las cosas no han ido nada bien y por ello la gente consume más comedia.
Ser capaz de reírse de uno mismo, ¿es clave para ser un buen humorista?
Totalmente. Con Flo (el humorista Florentino Fernández, con el que formó pareja cómica durante años) aprendí mucho de esto y ambos nos lo aplicamos.
¿Qué le inspira para preparar un monólogo?
Sobre todo lo que he vivido y vivo con mis amigos de toda la vida de León. Mi pueblo, mis costumbres, mi manera de hablar... son partes importantes a la hora de actuar.
¿Cómo lleva la fama y que se hable de su vida privada?
La llevo bien. La fama te la da la gente porque le gusta tu trabajo. Estar agradecido y seguir trabajando es lo que significa para mí la fama.
¿Qué hace falta para ser un buen humorista?
Llegar a la gente. No hay una regla de tres. O llegas o no llegas. Hay gente que sin pretender ser gracioso te hace gracia y mucho graciosillo al que no le ríes una. No hay secreto.
¿Es de los que está siempre haciendo chistes?
Bueno, sí que soy de los que llevan la voz cantante en mi grupo. Pero mi amigo Barri y Richi, dos leoneses de pro, me hacen una competencia muy dura.
¿Si no fuera humorista, ¿a qué se dedicaría?
Sería representante de artistas.
