Antonin Dvorák (Nelabozeyes, 1841- Praga, 1904)
Sinfonía número 8, en fa mayor (opus 93)
Es la última obra del periodo americano del compositor bohemio y ocupa el segundo lugar entre sus composiciones, por su popularidad, después de la Sinfonía del Nuevo Mundo, su Sinfonía número 9. El concierto fue compuesto en el invierno de 1894-95 y estrenado el 19 de marzo de 1896 por Leo Stern bajo la dirección del autor. Es una obra en la que prima el sentimiento de nostalgia de Dvorák por su patria y sus raíces nacionales más que su experiencia en Estados Unidos. Tras su regreso a Checoslovaquia procedió el compositor a varias modificaciones en la partitura, introduciendo al final una melodía de uno de los Cuatro Cantos (opus 82) a la memoria de su cuñada Josefina Kounicova, muerta poco antes. La solista Natalia Gutman, que en varias temporadas ha visitado Alicante de la mano de la Sociedad de Conciertos, abordará este concierto que figura, con el de Schumann y el Primer Concierto de Saint-Saëns, entre los más interpretados y aplaudidos del repertorio para violonchelo.
Ludwig van Beethoven (Bonn, 1770- Viena, 1827)
Sinfonía número 4, en si bemol mayor (opus 60)
La Cuarta sinfonía fue escrita de un tirón en el verano de 1806, el mismo año de su famoso Concierto para violín y orquesta. Beethoven la presentó por primera vez en marzo de 1807 en Viena, en casa del príncipe Lobkowitz. A mediados de noviembre del mismo año se interpretaría para el público vienés en el Hoftheater, con una gran acogida. La obra está dedicada a quien la encargó, el conde de Oppersdorf. Es una sinfonía llena de innovaciones, concebida por Beethoven durante el periodo en que su amor por la condesa Teresa von Brunswick parecía augurar un final feliz de aquella relación. Los estudiosos del maestro de Bonn consideran que la obra, más jovial que apasionada, refleja parcialmente sus sentimientos en ese momento de su vida.
