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Adiós a un grande del cine

Poliplex, histórico videoclub instalado en el corazón de Alicante a finales de los años 80, cierra tras el fallecimiento de su fundador, Norberto García

Fachada del Poliplex, en el centro de Alicante. HÉCTOR FUENTES

Poliplex era lo más semejante a un museo en el que, al adentrarnos, se emprendía un viaje al pasado y presente del séptimo arte. Un icono cultural, un punto de encuentro obligado para cinéfilos y menos expertos, que albergaba en su interior hasta 15.000 títulos. Un local con espacios especialmente particulares, muy entrañables, donde el usuario acudía a sus estanterías atestadas por docenas y docenas de películas entre un impresionante archivo que difícilmente volverá a repetirse.

Así fue Poliplex, un comercio de un cuarto de siglo que cierra tras la triste pérdida de su fundador, el alicantino Norberto García, que se desvivió por él prevaleciendo los intereses culturales sobre los económicos. De hecho, Poliplex no cayó víctima de la virulenta crisis económica; ni por la brutal competencia de franquicias como el Cinebank o el Blockbuster; ni por la guadaña mortal que porta la piratería en aguas de Internet. Poliplex baja la persiana porque su dueño y visionario, Norberto García, ya no está. Y, con ellos, se arranca un pedazo de la historia del cine de esta ciudad, que también de esta provincia, porque a Poliplex acudían aficionados de todos los pueblos interesados por hacerse con una cinta de complicado hallazgo.

Poliplex (y así lo recuerdan muchos) se había transformado por entonces en un refugio para buscadores de películas imposibles.

«Es el videoclub que ha traído las películas de calidad y que no iban a ningún otro lado, y que las desechaban por no ser comerciales. Norberto (García) las compraba para sus clientes. Un cliente que tenía más nivel de lo habitual, de la gente más interesada por el séptimo arte. Norberto nos ha facilitado las mejores películas, que también las más difíciles de encontrar, y era un estandarte del buen cine en Alicante», señala Antonio Dopazo, crítico de INFORMACIÓN.

Augusto Fco. González, crítico de La noche en corto, de INFORMACIÓN TV, agrega en este aspecto que Poliplex destacaba por su «trato amable en un negocio familiar donde Norberto era el "alma mater". Era un lugar muy bueno, céntrico, accesible, que era referente no solamente por los estrenos comerciales, de los que tenía muchas copias, y que eran lo que más recaudación le daban, sino por su gran biblioteca de clásicos. Tenía montonazo de películas clásicas, y no había dificultades para encontrar otras, porque se las pedías y punto. Cine mudo, de los 60, 70... tenía ese encanto para el aficionado».

Poliplex fue además un amplificador de la cultura en el campo del séptimo arte, que atrajo a muchos jóvenes curiosos que, un tiempo después, han acabado dedicándose al celuloide.

«Recuerdo que todos los viernes de mi adolescencia iba con un par de amigos a buscar cuatro o cinco películas para nuestros maratones cinematográficos de fin de semana. El Poliplex siempre tenía lo que buscabas. Y lo que no conocías. Y lo que ni sospechabas que estuviese editado. Todo lo encontrabas en sus innumerables catálogos temáticos, guardados en aquella habitación del fondo: inverosímil de tan pequeña, de tan completa, de tan reducto casi mágico para los amantes del cine, que nos criamos en habitaciones empapeladas de arriba a abajo con los carteles que nos regalaba Norberto. Eso le debemos al Poliplex, que vistiera nuestros sueños: que los llenara de cine», relata Raúl García, coordinador del Aula de Cine de la Universidad de Alicante.

El alicantino Norberto García, un emprendedor que recicló su tienda de electrodomésticos para deparar una «filmoteca» histórica en el corazón de la ciudad, no limitó su labor exclusivamente al comercio y se comprometió culturalmente con numerosas actividades y colectivos. Proyectos que también se extendían a la rama educativa (con colegios) y solidaria (colaboración con centros penitenciarios). Así lo atestigua el crítico Luis López, productor del programa de radio El camarote de los hermanos Marx:

«Norberto nos apoyó siempre poniendo publicidad en nuestros fanzines, que creábamos un grupo de aficionados, y nos pagaba permitiéndonos alquilar películas gratis. En esto consistía su apoyo, pero era un apoyo fundamental para nosotros que jamás olvidaremos. Ahora, su pérdida, es un golpe muy triste y muy duro», apunta López, quien agrega que «la relación del cliente-propietario era magnífica en el Poliplex. Era como "un templo" para nosotros».

«Casi toda la gente de Alicante y provincia ha pasado por allí. Como los Astoria para el cine de Alicante, el Poliplex era en lo referente al videoclub para Alicante», añade Gonzalo Eulogio, crítico de la Cadena SER.

Si en estos días han transitado la calle vía directa al Teatro Principal, se habrán topado con su cartel de despedida. Y allí, en la parte inferior sobre la puerta metálica, permanece una pequeña ranura: por ahí cuelan los antiguos clientes las películas alquiladas del quizás último establecimiento de barrio que mantuvo vivo el interés por el cine.

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