Espontánea y divertida, la actriz Úrsula Corberó (Barcelona, 1989) se muestra «más que feliz» por recibir el Premio Ciudad de Alicante, que recogió anoche en la gala inaugural del Festival de Cine de Alicante. La intérprete ha hecho un hueco en su cargada agenda, repleta de proyectos en series y cine, para recibir el galardón. «No me importa, soy un torbellino y me va la marcha», confiesa.

Corberó pone en valor la «unión» que existe dentro de su gremio y que está permitiendo que «poco a poco el cine vuelva a su ser». «Me gusta apoyar a mi profesión en cualquier ciudad. Una, dentro de su cabeza, es muy exigente y le cuesta ser objetiva con su trabajo. Así que cuando te dan un premio sientes que algo estás haciendo bien», añade en alusión al galardón alicantino.

Tras iniciar su carrera en el mundo de la televisión, ahora la catalana empieza a construirse un nombre propio dentro del cine español. Con todo, no se decanta por ningún género. «Lo que me gusta es trabajar. Empecé en la televisión y estoy más acostumbrada a ese ritmo de trabajo. Pero el cine es mágico, muy artístico. Me da igual que sea televisión, cine o teatro. Lo que me gusta es crear personajes y tener al lado a alguien que me guíe para desarrollarlos», responde Corberó al ser preguntada por sus preferencias.

La última serie en la que participa la catalana, la comedia Anclados, fue estrenada el lunes por Telecinco. «No había trabajado en comedia hasta hace dos años y ahora estoy descubriendo un mundo nuevo, que es muy difícil. Siempre he tenido la suerte de estar rodeada por gente que es muy grande, como Ernesto Alterio, Julián Villagrán, Carmen Machi o Javier Cámara, y ahora por Joaquín Reyes y Miren Ibarguren», concluye la intérprete.