La nueva novela del escritor madrileño Javier Moro, 'A flor de piel' rescata la historia de Isabel Zendal, una mujer gallega, pobre "de solemnidad", caída en desgracia por ser madre soltera, que en 1803 zarpó desde La Coruña con 20 niños huérfanos y dos médicos para emprender la que fue denominada por el inventor de la vacuna, el médico Edward Jenner, como la misión humanitaria "más grande de la historia": llevar la vacuna de la viruela a toda Iberoamérica y Filipinas.

"Fue una españolada, una quijotada financiada y esponsorizada por el rey de España en el declive del imperio. Todo tenía un aire de innovación y de locura --ha reconocido el autor-- Para llevar a cabo la mayor gesta sanitaria de la historia se apoyaron en el eslabón más débil de la sociedad: los niños huérfanos".

El libro, que llega este martes a las librerías españolas y lo hará durante el mes de junio a las de otros países de habla castellana, arranca con la muerte por viruela de "la Ignacia", la madre de la protagonista, en una choza de jornaleros en la pedanía de Santa Mariña de Parada, en el municipio coruñés de Ordes.

De ahí, tras hacerse cargo de sus hermanos pequeños, trabajar el campo, servir como criada, y dar a luz a un hijo como fruto del engaño de un soldado, Zendal pasará a encargarse de la Casa de Expósitos de La Coruña, de donde será llamada por el rey de España, Carlos IV a desempeñar la gesta de emprender un periplo por los territorios españoles de ultramar para difundir la viruela "benigna" y así inmunizar a las poblaciones de las Indias españolas y Filipinas.

Según ha explicado Moro, la tarea de la comitiva española, (formada por los niños, Zendal y los médicos Xavier Balmis y Josep Salvany) no se limitó a difundir la vacuna sino que fue capaz de "innovar" y crear un sistema capaz de "autorreplicarse" en todas las poblaciones por las que pasaron. Así, idearon el método de difusión de la viruela benigna "brazo a brazo" a partir del pus de las vacas del norte de Europa enfermas de este virus.

De este modo, pretendían ayudar a combatir la enfermedad en el continente, donde la conquista española supuso un "impacto microbiano" que llegó a causar la muerte de buena parte de la población, principalmente debido a la viruela, ha recordado el escritor.

"Crearon el embrión de lo que sería el sistema de sanidad pública --ha asegurado-- y tuvieron que trabajar con los sacerdotes y parroquias para conseguir que aceptaran en colaborar con algo que, para la mentalidad de la época, era repugnante y casi sacrílego: inocular fluidos de animales enfermos en personas".

Según ha explicado, llevaron el sistema hasta Buenos Aires, Filipinas y el norte de Texas cruzando todo el continente sudamericano y centroamericano y consiguieron mantener a salvo a todos los niños menos a dos, que salieron ya enfermos al emprender el viaje. Por el camino, fueron reclutando nuevos niños para la misión. En total, más de 200, según las estimaciones del escritor.

EL OLVIDO DE LA GESTA

Para Moro, es una historia que tiene "de todo", desde la pugna por los dos hombres que encabezaban la comitiva por conquistar a Zendal, hasta ciencia, innovación, creatividad y aventura. Sin embargo, lamenta el desconocimiento de la historia de estos españoles, que atribuye en parte a la época en la que se produjo la gesta, en un marco de "desmoronamiento" del imperio español e invasión de las tropas francesas. "Había otras cosas de qué preocuparse", reconoce.

También cree que el hecho de que no se haya recuperado la figura de estos aventureros se debe en alguna medida a la "relación esquizofrénica que tiene España con su pasado, y que ha sido una historia muy dura". "Seguimos peleándonos con nuestro pasado, cuando en otros países se ha resuelto el problema hace muchos años", ha subrayado.

Así, asegura que el doctor Balmis, a quien considera "el verdadero héroe" de la historia porque "dio su vida por la misión" y logró, entre otros méritos, descubrir la cura de la sifilis, no tiene más que "un par de calles" entre todos los municipios españoles.

De Zendal, asegura que "se le tiene mucho más presente allí que aquí" y señala que hay una facultad de medicina en México que lleva su nombre, debido a que se le considera la "primera enfermera de salud pública" del país. Sobre su historia, asegura que se le perdió la pista en Puebla, donde terminó trabajando en el hospital, y cree que "es lógico que no quisiera regresar a España" donde solamente había vivido la pobreza y el estigma de ser madre soltera en la época.

El escritor madrileño ha explicado que ha tenido que reconstruir la historia y los personajes de Balmis, de Salvany y de Zendal a partir de los "pocos mimbres" documentales que existen acerca de ellos, especialmente a nivel personal. "España era un imperio muy burocrático y existen un montón de datos como el pasaje de la nave que zarpó de La Coruña y su peso total --ha indicado-- pero a nivel personal no hay casi nada".

Para reconstruir los personajes, ha tenido que partir, con la ayuda de psicólogos, de los pocos rasgos que se describen de ellos en los documentos oficiales e imaginar "los problemas evidentes a los que se tuvieron que enfrentar" a lo largo de todo su periplo.

DEBERÍA ENSEÑARSE EN LOS COLEGIOS

Según Moro, la gesta de estos dos médicos, de la enfermera y de los niños que participaron en la expedición es "una historia muy española" y que, a su juicio, debería figurar en los libros de texto de los colegios españoles.

"Es una historia en la que sale lo mejor a relucir de lo nuestro. El gran héroe de la expedición es un catalán, Josep Salvany, que dio su vida por llevar a cabo el asunto; luego está un médico alicantino, Balmis, el director; luego está la rectora, que era gallega; el financiero era castellano; el patrón del barco era vasco... Es realmente una historia española", ha concluido.