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El arte de lo inservible

La galería Remake de Alicante nace con la filosofía del reciclaje con obras de artistas que dan una segunda vida a objetos que acabarían en la basura

Mesa realizada con cintas de vídeo. PILAR CORTÉS

Puede definirse como una galería de arte. Un lugar donde se exponen piezas de artistas y donde se venden. Pero es algo más. Remake es un negocio, es cierto, pero por encima de todo es una filosofía de vida materializada en un espacio. Y lo es porque lo que hace especial este nuevo lugar para el arte en Alicante no está solo en que todas las obras que se pueden ver y los artistas representados tienen que partir del reciclaje como requisito fundamental, sino que la cultura del «reuso», del aprovechamiento y de dar una segunda vida a objetos y elementos que en la mayoría de los casos terminan en la basura se convierte en una forma de vivir, en un planteamiento de desarrollo social.

Carlos Luque es el «culpable» de que este espacio cultural ubicado junto a la calle Castaños haya cambiado la dirección del viento y llevado a artistas de toda España que comparten esta forma de trabajar a venir a Alicante. Podrían ir a otras galerías, es verdad, pero eligen esta porque es algo más y uno de sus objetivos es promocionar al artista, servir de correa de transmisión para poner en contacto a gente con intereses comunes.

«Cada uno tiene sus fortalezas y lo que hacemos es poner a la gente en contacto para realizar trabajos conjuntos, de manera que se mezclan artistas consolidados con artistas emergentes», asegura Luque que comenzó a fraguar esta idea tras realizar el proyecto fin de carrera de un Máster de Dirección de Empresas. Eso después de haber tenido la danza como vocación durante muchos años. «Pensé en hacer algo que me gustase de verdad y que a lo mejor pudiera desarrollar en el futuro».

Y así fue como nació Remake. «Hice un estudio de mercado y vi que en Europa el consumo del reciclaje es la leche, pero aquí aún no; busqué a las personas que se dedicaban a hacer esto y encontré bastantes artistas, así que contacté con productores y artesanos, y puse en marcha el proyecto».

Ahora exhibe en la galería obra de 26 artistas, dos de ellos de otros países. «Ceden las obras por un tiempo determinado y nosotros tratamos de vender las piezas físicamente o a nivel internacional por la web».

Para entender de qué estamos hablando, una muestra de las piezas que se pueden ver. Y adquirir. Un elegante sofá realizado con un ataúd, una lámpara de pie con un trípode antiguo y un tambor de lavadora, una mesa de cintas de vídeo, una banqueta cuya base es la llanta de una rueda, una bañera como mostrador, una farola como mesa, un mueble-bar transformado a partir de un baúl antiguo, una lámpara realizada con un cigüeñal de coche o sillines de bicicleta emulando trofeos de caza.

Pero no bastaba con ser un espacio de exhibición. Carlos Luque quería cerrar el círculo y hay una zona del local que va a utilizar un local cercano para hacer cupcakes; otra que se dedica a actividades, como yoga o teatro, y una tercera que acaba de ponerse en marcha destinada a cafetería, «en la que los muebles, la barra, las estanterías, son también recicladas».

Y es que se trata de compartir espacio y objetivos. «La filosofía del reciclaje, de promocionar el arte, la cultura y el consumo de objetos reciclados en la medida de lo posible, queremos ofrecer un espacio donde compartir esa filosofía». Y algo así, asegura, «no lo he encontrado en ningún sitio».

Además de la función como galería, Carlos ha ampliado el horizonte y también se realizan obras por encargo para mobiliario o decoración. «Hay una cultura social incipiente y si al consumidor le das dos artículos similares pero uno de ellos es fruto del reciclaje elige este último, por una cuestión emocional, porque se siente mejor si recupera la basura, es una manera de darle una segunda vida, y además se lleva un artículo único». De esta manera, si se trata de un encargo, «está muy bien porque el cliente se convierte también en partícipe de la creación».

Por eso, quien entre a Remake «no entrará solo a mirar». «Yo quiero generar más tránsito y que la gente que entre encuentre un sitio en el que compartir algo, una filosofía del reciclaje, del sentido artesano, de poder tomar algo para intercambiar ideas, para aportar cosas...».

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