El Gobierno aprobó ayer un Real Decreto-Ley que modifica el régimen de ayudas a la amortización en la producción de cine que se especificaban en la Ley de 2007 y lo sustituye por una nueva línea de ayudas anticipadas a la producción de películas, tal y como quería la industria.

Según dijo ayer la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, este cambio permitirá la financiación progresiva de las producciones cinematográficas.

El cambio, dijo, permitirá disminuir los costes financieros en más de un 15 % y destinar la ayuda directamente a la producción y no, como sucedía hasta ahora, a pagar intereses de los créditos pedidos durante su desarrollo.

También se anunció que, desde primeros de 2016, cuando entre en vigor la Ley, hasta 2018, el Gobierno mantendrá ambas ayudas, las vigentes -posteriores al estreno- y las nuevas -previas-.

El presidente de los productores audiovisuales españoles (FAPAE), Ramón Colom, dijo ayer que la industria está «satisfecha» y los productores «muy contentos» con la reforma de la Ley del Cine porque culmina «un trabajo largo y laborioso», que «acaba, gracias al consenso», donde querían.

Por otra parte, el Congreso aprobó ayer, con los votos del PP, la ley que permite al Estado declarar manifestaciones populares como la jota o el mantón de Manila Patrimonio Cultural Inmaterial, una norma que según la oposición invade competencias autonómicas y demuestra la «obsesión» del PP por la tauromaquia.

La ley regula la competencia de la Administración General del Estado para declarar «Manifestaciones Representativas del Patrimonio Cultural Inmaterial» y adoptar medidas de salvaguarda en ámbitos como las tradiciones orales, las artes de espectáculo, los usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos y prácticas relativos a la naturaleza y los saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional.

Entre los bienes inmateriales que podrían formar parte de estas consideraciones se encuentran el flamenco, la dieta mediterránea (ambas reconocidas ya por la Unesco), la trashumancia, la jota, los toques de campanas, el Romancero, el mantón de Manila, la fiesta de San Juan o los Tribunales de regantes del Mediterráneo.

El portavoz del grupo popular, Juan de Dios Ruano, declaró que se trata de la primera ley de salvaguarda del patrimonio inmaterial y consideró que es una norma «de todos y para todos» y que demuestra «el amor por la cultura española».

Ruano ha recordado que mientras que en la protección del patrimonio material prima la conservación en el inmaterial destaca la labor de salvaguardia a través de la transmisión intergeneracional, hecho al que atiende la ley.