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Mujeres en danza

Sol Picó prepara su espectáculo «We Woman» con tres bailarinas de otros continentes

Mujeres en danza

Atrás quedan las reivindicaciones y se abre paso la reflexión para poner la mirada en un punto y a partir de ahí desarrollar la creatividad. De este concepto parte el nuevo trabajo de Sol Picó, We Woman, con el que la bailarina alcoyana pretende ofrecer sobre el escenario una visión intercultural a cerca de la mujer y su papel en el siglo XXI. Para ello, se ha rodeado de otras visiones, otras formas de bailar, otras maneras de deslizarse sobre el escenario, pero también de otras vidas de culturas muy diferentes.

Para ello, Picó cuenta con otras tres coreógrafas y bailarines de diferentes nacionalidades: la japonesa residente en Berlín Minako Seki, la africana Julie Dossavi y la india Shantala Shivalingappa, que desarrollan su carrera en París. Y también habrá música en directo, la de otras cuatro mujeres que pondrán la banda sonora a este espectáculo: Adele Madau (violín), Virginia Rodrigo (percusión), Lina León (voz) y Marta Robles (guitarra).

We Woman, que se estrenará el 6 de julio en el Mercat de les Flors de Barcelona, dentro del Festival Grec, es el título de esta producción. «Es una historia que intenta reflexionar sobre la situación de la mujer en el siglo XXI porque tenemos la sensación muchas veces de que vamos involucionando en vez de evolucionando», asegura la bailarina y coreógrafa que también ha asumido la dirección artística de este proyecto. Un tema que, según la artista, «siempre he tocado en diferentes momentos de mi carrera y que siempre tengo presente, pero esta vez lo he querido compartir con mujeres de otros continentes».

La ganadora de numerosos premios Max, a los que no está nominada este año «porque no me he presentado», destaca que los encuentros con esas artistas fueron más bien casuales y de ahí nació este proyecto. «Me pareció muy rico poder compartir desde otras culturas la visión de la mujer, porque hay ciertos temas que en el fondo sentimos igual, aunque cada una lo ve desde su cultura y su idiosincrasia, vemos que todavía no ocupamos el lugar que nos corresponde y que vamos hacia atrás».

Y esta reflexión, traducida en baile. «Todo esto compartido a través del movimiento y de cómo nos relacionamos entre las diferentes culturas en torno a este tema». Y también en música, sobre todo flamenca. «Como el proyecto venía de mí, tenía ganas de utilizar un tipo de música que me apasiona y que me parece absolutamente abierta a poderse relacionar con otras culturas, buscando una conexión que no hace falta que sea obvia y explícita».

Sol Picó, que ha realizado la coreografía para una película de Eduard Cortés, afronta este trabajo con pasión y con incertidumbre, «Vamos a enfrentarnos a ver qué pasa con la tradición y la modernidad porque en muchos países hay una gran lucha con eso». En este sentido, la bailarina se sube al escenario con otras tres profesionales, de manera que se funden cuatro formas muy diferentes de desarrollar la danza contemporánea. «Cada una tiene un bagaje personal, una vida distinta y una concepción del baile diferente».

Así, Minako Seki es maestra de butoh contemporáneo, estilo japonés que se desarrolla con movimientos lentos, expresivos e imaginativos, mientras que Shantala Shivalingappa, que ha trabajado con Pina Bausch, practica el kuchipudi, danza sagrada de la India, y Julie Dossavi utiliza la fusión de baile contemporáneo con la danza africana. «Por eso es algo muy vivo, que va creciendo según trabajamos sobre el escenario; tenemos que ir viendo cómo nos relacionamos y nos sentimos; es un trabajo muy de búsqueda y de investigación».

«A mí me sirve como experiencia personal y profesional a mis 20 años de carrera, con la intención de aportar algo», afirma Sol Picó. «Es un cóctel explosivo... a ver dónde llegamos».

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