La década de los 70 llegaba casi a su mitad. Fecha de convulsiones y cambios. Eusebio Sempere recibía el encargo de realizar un mural para la fábrica de Famosa en Onil, su localidad natal. Acepta, realiza el boceto y un gouache sobre el que basar la pieza. Le pide a Arcadi Blasco que la ejecute. Así lo hace. Y allí sigue, mirando pasar el tiempo mientras la fábrica se deteriora.
Ese trabajo, primero y único conocido que realizaron de forma conjunta ambos artistas, se convertirá en el eje central del «encuentro» entre los dos creadores que se celebrará a principios de junio en el MACA. Y como pieza estrella, el gouache original de Sempere que después regaló a Blasco y que desde entonces el ceramista de Mutxamel mantuvo colgado sobre el piano de su casa. Ahora, su familia, a través de la hija del artista, Sara Blasco, lo ha dejado en depósito en el museo durante dos años.
«Es el regalo de un amigo a otro, y eso tiene gran valor porque mi padre y mi madre visitaban mucho a Sempere y a Abel -asegura Sara Blasco-. Recuerdo que siempre estuvo colocado encima del piano y le tenía muchísimo cariño, tanto es así que nos lo trajimos a Madrid porque nos daba miedo dejarlo en la casa de mi padre».
Será por tanto la primera vez que se exponga al público esta pieza de un metro por 30 centímetros, cuya importancia radica no solo en que marca la colaboración entre ambos sino la amistad existente entre los dos.
El acto a celebrar en el MACA quiere poner de manifiesto «un horizonte de memoria común entre los dos, una ligazón estética y emocional», asegura el profesor José Piqueras, autor del libro Arcadi Blasco en l'horitzó de la memória, editado por la Universidad de Alicante, que se presentará en esta jornada.
Precisamente Piqueras fue quien se puso en contacto con la familia Blasco para hablar de esta pieza. «Cuando me llamó y me contó que querían hacer un recorrido por la relación entre mi padre y Sempere, pues nosotros encantados de que se pueda ver esta obra, porque además sabemos que la van a cuidar muchísimo. Preferimos que esté expuesto porque responde al espíritu de nuestro padre que quería que el arte sirviera para el disfrute de la gente», apunta Sara Blasco.
El gouache, que no está fechado, está realizado sobre cartulina marrón. «Tiene líneas horizontales, verticales y diagonales, conformando los círculos del mural, además con sus colores característicos, amarillos, naranjas, ocres... que es lo que luego se reproduce en el mural», apunta Rosa María Castells, conservadora del MACA. De momento, la obra permanecerá expuesta en el hall del museo, al lado de la obra de Blasco.
Juntos, como ya lo hicieron en el 71, en la Caja de Ahorros Provincial, compartiendo exposición con Juana Francés; o en el 75, cuando Blasco organizó una muestra con obras que otros artistas amigos realizaron en su casa, entre ellos Sempere. O como cuando ambos fueron elegidos en el 78 miembros de la comisión encargada de la gestión del 1 por ciento cultural que nunca llegó.
