Explíqueme cuál es el trabajo de un arreglista.

Hay productores que son ingenieros de sonido, otros ejecutivos porque tienen ideas y capital, como Fernando Trueba. En mi caso, soy productor y arreglista, pero un multiinstrumentista, toco percusiones, piano, trompeta, que es lo mío... En mi trabajo como arreglista, en el caso de Alejandro, él me manda las canciones con voz y guitarra, ya estructuradas, con las armonías que él va a usar, y yo lo que hago es armonizar todo, hacer arreglos de piano, de metales, de instrumentos. Él me está dando un santo y yo le estoy poniendo el pedestal.

¿Una canción mala puede llegar a ser una buena canción si pasa por las manos de un buen arreglista?

Sí, totalmente. Creo que en las manos de un buen arreglo está vestir bien o vestir mal una canción. Eso donde más lo notas es en los géneros urbanos, donde la forma de componer es de poca armonía y melodía. Calle 13 son ejemplo de género urbano pero bien hecho, con música bien arreglada, bien armonizada, con una excelente producción. De un arreglista depende el camino musical que toma una canción.

¿Y cree que se reconoce esa labor es un trabajo más en la sombra?

En mi caso siempre me he preocupado de que mi trabajo aparezca en los créditos y que quede claro el papel que juega un arreglista. Evidentemente el hecho de que la industria haya cambiado, que en vez de comprar el disco como tal compras una canción de Internet, hace que los créditos se conviertan en una parte que desaparece, en una cosa fantasma ahora más que nunca, estás obviando los créditos de creación.

Es el arreglista de cabecera de Alejandro Sanz, pero también ha trabajado con Ricky Martín, Ana Belén, Shakira, David Bisbal, Calamaro, Omara Portuondo... ¿Qué parte de culpa tiene de sus éxitos?

Uff, es que son artistas muy grandes. Café Quijano son un ejemplo más terrenal. Con ellos hice algunas de mis primeras cosas. Venían de un disco de boleros y querían hacer otro disco de boleros. Yo me encontré con unos temas con una garra y un sentido... cuando escuché La Lola paré aquello y dije que eso no iba a ser un bolero, que había que meterles guitarras eléctricas. Lo hicieron y me sentí responsable de su sonido, de su éxito. En el caso de Alejandro, lo primero que hicimos fue Corazón partío, pero no me siento parte del éxito de esa canción aunque sí de parte del sonido que cambió el timón de su carrera, que fueron los elementos latinos.

Además, no todos los artistas son iguales.

No, para nada. Con Sabina fue muy divertido trabajar 19 días y 500 noches porque Alejo Stivel se lo llevó como si fuera un chaval al estudio todos los días a estar allí y terminar de componer las canciones. Llegó un momento en que Sabina decía que cuando acabase no sabía qué iba a hacer por las mañanas. Fue muy interesante, no fue el artista estrella. Pero nunca me es difícil trabajar con la música, lo difícil puede ser el carácter de los artistas, pero yo trabajo con la música.

¿Cómo afronta su faceta como productor con la piratería y la crisis del sector del disco?

La piratería ha hecho que se tenga que cambiar la forma de vender un producto en el mercado. Lo malo es la parte económica, lo bueno es hacerte muy presente en todos los sitios. Poniendo algo en Facebook ya estás en el mundo entero. La crisis la asumo como lo asumirá la señora que tiene que cocinar la comida. Es un problema que tienes que convertir en una solución y buscarle la parte positiva. Y una parte positiva que ha tenido esta decadencia en el mundo del disco es que se ha limpiado todo lo mediocre que había en el mundo del disco.

¿Es suficiente una buena voz?

No. Es un elemento, pero me parece el último de ellos. Que tenga una voz bonita es que sepa decir bonito lo que tiene que decir. Prefiero que me digan «mira que buenas canciones tiene este chico». Lo único real que queda dentro de la industria de la música es el compositor, lo demás es falso.

Usted es cubano y reside en Miami. ¿Cómo ve la apertura anunciada en su país?

Me parece fenomenal. Es una isla preciosa que ha estado gobernada durante muchos años por una ideología, que es Fidel Castro. La parte económica y productiva es Raúl Castro, que piensa más en cosas que funcionan que en cosas que te hacen sentirte orgulloso de tu ideología. El socialismo es muy bonito pero cuando lo llevas a la práctica no funciona mucho y Cuba es una buena prueba.

Además de la clase magistral tiene un proyecto en Alicante...

Sí, estoy intentado montar la parte instrumental de mi disco, Te diría. Quiero hacerlo sinfónico para presentarlo con una orquesta. Y cuando venga aquí la idea es hacerlo con la Orquesta Sinfónica de Alicante. Esta es una ciudad que me encanta y en la que me gustaría vivir incluso.