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De Benidorm a la Berlinale

El prestigioso certamen cinematográfico alemán selecciona y acoge entre buenas críticas la cinta del director Ion de Sosa, con guión del ilicitano Chema García Ibarra, con quien estudia trabajar de nuevo en un proyecto

Una sociedad donde los jóvenes están muertos y los viejos disfrutan de bailes y paseos. Es la visión postapocalíptica del largometraje rodado en Benidorm. información

En proyectos modestos, cuando alguno de los festivales de cine más importantes del mundo seleccionan tu película para su exhibición al público, la sensación que queda es como la de haber recibido el mejor de los premios. Se trata, claro está, de una situación difícil puesto que resulta imposible competir con los pesos pesados, con las productoras millonarias y los actores de renombre, aunque solo por el hecho de colocar tu película, tu humilde proyecto, en un lujoso cartel y programación del séptimo arte internacional, solo por eso ya vale y mucho la pena.

En este contexto se mueve la historia del director Ion de Sosa cuando la Berlinale, el prestigioso certamen cinematográfico alemán, le comunicó que su largometraje Sueñan los androides, rodada en Benidorm, entraba en la lista de proyecciones.

«Ha sido algo muy bonito, especial, después de todos estos últimos años trabajando. Estamos muy satisfechos de haber entrado en un escaparate como la Berlinale, con salas llenas, un jurado internacional y un numeroso público que ha participado en los posteriores coloquios. En general, las críticas han sido buenas», señala De Sosa sobre una cinta que previamente tuvo salida en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. «Pese al estreno nacional, accedieron a ponerla en Berlín, y ha sido una pasada», agrega.

La película de De Sosa presenta un panorama desolador, postapocalíptico, donde los edificios se presentan fríos y solitarios, las guerras han matado a los jóvenes, y los viejos tratan de seguir disfrutando de sus pequeños placeres, como el paseo o los bailes de la tercera edad, en una sociedad alicaída y vacía.

«Benidorm es una ciudad muy especial por su arquitectura, y también muy viva por su turismo. Pero nosotros nos hemos aprovechado de otro punto de vista, que en absoluto representa la ciudad, pero que hemos manipulado y hemos transformado en ficción para lograr el efecto deseado. Debo decir que tuvimos un trato exquisito en Benidorm, por autoridades y vecinos, que nos ayudaron en todo momento para el rodaje. Se portaron muy bien, genial con nosotros», explica Ion de Sosa, quien conoció la ciudad por su pareja y, en un primer viaje, comenzó a tomar fotografías que le permitieron confeccionar la guía de localizaciones y grabación.

«Benidorm tiene una atmósfera muy agradable, aunque he seleccionado lo más desagradable. Pero lo que opino yo de ese futuro apocalíptico no tiene que ver con lo que pienso de la ciudad», aclara.

Así Benidorm se encuentra en un siglo XXI muy avanzado, gris y apagado, en una trama inspirada en la legendaria película de ciencia ficción Blade Runner, al igual que en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick. Y de ahí precisamente se nutre la cinta de Ion de Sosa, Sueñan los androides, en lo que podría también considerarse una nueva interpretación de la histórica cinta de Ridley Scott. «Es una peli que he visto muchas veces, y que es además la preferida de otra mucha gente. Y lo que hemos querido hacer es darle otra visión de futuro, basándonos quizás en algunos aspectos que Ridley Scott omitió», afirma.

Al guión de Sueñan los androides, del vasco Ion de Sosa, contribuye el cineasta ilicitano Chema García Ibarra, quien actualmente está rodando su nuevo cortometraje. «Chema (García Ibarra) se incorpora un poco más tarde y aportó otras variables a la cinta, con el frescor de su ciencia ficción doméstica. Ambos nos conocimos en la Berlinale», señala De Sosa, quien califica al ilicitano como «un cineasta brillante» que goza del respeto de todos los cineastas de España y que «cuando se anime a hacer su película, va a ser un éxito seguro».

Ion de Sosa vive en Berlín, donde trabaja de camarero, al tiempo que sigue cultivando nuevos sueños y próximos estrenos. «Hacer cine no es difícil, lo difícil es vivir del cine», explica dentro de su propia filosofía: «yo estoy fuera del mercado del cine» y, por tanto, fuera de la obsesión de obtener unas cifras y rentabilizar un producto.

En cualquier caso, el cineasta vasco pronto presentará Sueñan los androides en el Festival Internacional de Cine de Murcia, al tiempo que medita un nuevo proyecto: «Tengo ideas, y la cosa es ir a Murcia y hablar con Chema (García Ibarra). Hay un autor español muy interesante, Velasco Broca, que ya ha estado en Cannes y Sundance, que tiene una nueva película en marcha y Chema y yo estamos estudiando entrar en la producción. Estamos viendo qué hacer pero es algo que nos seduce mucho», concluye.

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