Zygmunt Bauman y Gustavo Dessal no se han visto nunca, pero se las han ingeniado para armar un libro a cuatro manos -correo electrónico mediante- en el que reflexionan acerca de los males de la sociedad contemporánea: El retorno del péndulo. Sobre psicoanálisis y el futuro del mundo líquido, que se presenta hoy en el Club INFORMACIÓN.
Bauman, premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010 y autor del concepto «modernidad líquida», aporta su visión sociológica a este ensayo, mientras el argentino Dessal, miembro de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y docente del Instituto del Campo Freudiano, brinda la óptica psicoanalítica.
Lo que en principio iba a ser una entrevista del primero al segundo se convirtió en un intercambio de correos electrónicos en los que se enfrentaban textos con Freud como punto de partida. El resultado es, en palabras de Dessal, «un libro muy ameno cuyo objetivo principal era discutir en torno a los textos más sociológicos de Freud para entender el funcionamiento de la sociedad colectiva y los problemas vigentes».
El ensayo muestra cómo a través de la sociología y el psicoanálisis -con sus acercamientos y sus diferencias- se pueden entender aspectos del mundo contemporáneo, todo ello a partir de la tesis que ha proclamado a Bauman como uno de los pensadores más importantes del momento con su concepto de «modernidad líquida».
El sociólogo por «líquido» entiende «la disolución de los grandes paradigmas narrativos: las ideologías se han ido disolviendo y el mercado se ha ido apropiando del discurso social. El trabajo, las relaciones amorosas, la familia se vuelven cada vez más líquidas», explica el psicoanalista, que indica que «la gente tiene cada vez menos raíces, el trabajo ya no dura para siempre y la movilidad es frecuente, lo que afecta a las relaciones sociales».
Es decir, la gente siente que pierde los puntos de referencia tradicionales y, aunque al principio se genera un sentimiento de libertad, este deriva luego a una sensación de orfandad. Las ideologías, mejores o peores, brindaban un punto de apoyo y hoy el único referente es el mercado.
Bauman augura «un retorno del péndulo» y, aunque no especifica su significado, Dessal interpreta que «la contrapartida a la falta de referentes es el discurso del mercado, que es el que dice lo que se debe hacer, cómo usar el tiempo y el ocio, que ofrece la promesa falsa de felicidad y el consumo como panacea», apunta el coautor del libro, que añade que el individuo que no se adapte a los cambios rápidos y que cree que las cosas durarán mucho «está perdido».
Esto provoca la aparición oportunista de nuevos gurús, manuales de autoayuda, aumento de las neorreligiones o sectas... «El poder -argumenta Dessal-, antes encarnado en gobernantes, es cada vez más invisible, y esta es también una época propicia para el resurgimiento de la esclavitud, el caldo de cultivo para reclamar un amo fuerte que ponga orden y dé seguridad. Nos hacen creer que somos más libres y en realidad el mundo cada vez está más vigilado».
Sin embargo, El retorno del péndulo no es un libro pesimista, asegura, es una herramienta de reflexión para pensar en el momento que vivimos: «No propone soluciones, pone el acento en lo que no funciona pero hay muchas cosas que funcionan bien. No vivimos un mundo peor, pero hay que hacer que la vida siga valiendo la pena».
