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Pilar Jurado, soprano y compositora

«En este momento el artista necesita mucho al público»

La soprano Pilar Jurado. INFORMACIÓN

El día 31 se sube al escenario del ADDA, acompañada por el pianista Duncan Gifford, con un espectáculo que tiene un título muy sugerente, La magia de la ópera.

En la ópera hay mucho de magia y he recogido piezas que en cierto modo tienen que ver con actos mágicos. Me pareció muy bonito poderlas reunir y hacer que la gente participe de ello. Además coincide que por la noche es Halloween y yo tengo un sentido muy mágico de la vida y de mi profesión, porque el escenario sin magia no funciona. Y todo será doblemente mágico porque es el concierto previo a la presentación de mi nuevo disco y va a haber primicia de algunas piezas. Además, cuando la música empieza a sonar tu mandas tu energía al público y el pública te manda la suya. Ese es un momento único e irrepetible. Y después del concierto María José San Román ha decidido organizar un cóctel en el pasaje Monastrell y podré estar en contacto con la gente.

Aunque no ha cantado en el ADDA todavía sí que lo conoce. ¿Qué le parece este auditorio?

Es uno de los auditorios más bonitos que se han construido en los últimos años. Es fantástico, con una sonoridad impresionante y además es un lugar que tiene que hacerse mucho más propio de los alicantinos de lo que ya es. La gente se debe sentir muy orgullosa con un auditorio así y apoyar que se fomenten cosas especiales para hacerlas suyas.

Fue nombrada colaboradora especial de la OIT para la erradicación del trabajo infantil y en ese marco compuso una nana que grabó con la Orquesta de Granada y que se podrá escuchar en Alicante junto a la Orquesta de Jóvenes de la Provincia de Alicante.

Es algo muy bonito. Cuando me pidieron que fuera colaboradora especial de la OIT, pensé que si aceptaba esto no me iba a quedar solo para hacer una foto. Así que una vez que decidí tomar partido por esta causa he hecho muchas cosas y he movilizado a todo el sector musical. He conseguido que muchas orquestas españolas dediquen al menos un concierto durante este año a esta causa. Luego de repente tuvimos la idea de hacer una nana y todo lo que se recaude con ella donarlo a esta iniciativa. Y en Alicante va a ser especial porque el hecho de que se interprete con la Orquesta de Jóvenes de la Provincia es una forma de dar apoyo y apostar por el futuro de la música. Unir causas está muy bien. Los jóvenes se sensibilizan también con la situación de otros jovenes en el mundo.

El 6 de noviembre presentará en el Teatro de la Zarzuela de Madrid su nuevo disco, El diablo en el poder, en el que recupera algunas piezas olvidadas del patrimonio lírico español. ¿Son muchas aún por descubrir?

Tenemos un repertorio maravilloso que o no se ha sabido mover o ha quedado de alguna manera en bibliotecas privadas. El ICCMU (Instituto Complutense de Ciencias Musicales) ha hecho mucho esfuerzo por sacar esa música adelante, pero hay una parte importante en ese rescate y es que los músicos tenemos que hacer esas partituras reales. La obra solo es real cuando otros la interpretan. Descubrí que había cosas increíbles, hay cientos de partituras que pude ver y seleccionar era complicado. Ahí fui consciente de la evolución de la ópera, desde que era en italiano hasta que un grupo de compositores encabezados por Barbieri decide crear un género español y en nuestro idioma, y eso coincide con que se hace lo mismo en Francia, en Rusia o en Austria. Cada país quiere reivindica su género y en España llegamos a la zarzuela.

¿Bien o mal llamado género chico?

Mal. Es un género igual que cualquier ópera escrita en otro país en esa época. Yo he recogido desde una obra de Saldoni de 1838 hasta la Francisquita de 1923. Quitando cuatro temas que son más conocidos, es un repertorio prácticamente nuevo que no estaba grabado en gran parte. La forma en la que lo he cantado todo es muy particular también, no lo he hecho como algo menor, porque creo que se merece la mejor de las interpretaciones por parte de la orquesta y de la voz.

¿Ha habido un antes y un después de que usted se convirtiera en la primera mujer en componer una ópera para el Teatro Real?

Hombre, es un punto importante. La carrera de las personas se construye con pilares que aparecen en tu camino y hay momentos muy significativos. Fue una experiencia increíble y muy positiva, pero sobre todo a nivel humano porque ves a doscientas personas sintiendo que lo que haces es también suyo.

Tras la muerte de Mortier, ¿cómo ve el nuevo modelo del Teatro Real?

No solo es que se haga un nuevo modelo es que es un momento muy complicado en España en el que se han reducido mucho los presupuestos a los teatros y auditorios. Tiene que recuperar parte de ese abono que se ha perdido en estos últimos años por la crisis o los desencuentros con el anterior director. No es el modelo ideal pero sí el ideal para la situación que estamos viviendo. Por eso en este momento los artistas necesitamos mucho al público.

Dicen que es difícil que haya voces como Teresa Berganza y Montserrat Caballé. ¿Es cierto?

Bueno, yo estoy en mi mejor momento vocal con diferencia. El problema es que hubo una época en la que la gente todavía tenía una especie de predilección por un artista al que seguía por encima de todo. Luego hemos vivido en una época en la que funcionaba la cultura kleenex, el artista al que se le impulsa en dos días y luego se le hace desaparecer con la misma fuerza. Pero la música clásica no funciona así porque nuestra carrera es un tour de force continuo y resultado de una preparación muy dura y de muchos años. La magia es la que puede enganchar al público. Por eso me gusta mantener el glamur en el escenario. Las crisis también sirven para eso, para hacer que reflexionemos. Berganza y Caballé han sido grandes voces que han tenido la posibilidad de convertirse en un emblema del país. Hay que buscar un poco eso porque todos necesitamos referentes que son los que nos hacen ir hacia adelante.

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