La hermana Paciencia Melgar, compañera de los religiosos Miguel Pajares y Juliana Bonoha en el hospital San José de Monrovia (Liberia), explicó ayer que no guarda rencor «por no haber podido venir a España cuando tenía el virus» y mostró su alegría por «poder hacer el bien» ayudando a Teresa Romero. En su primera comparecencia pública tras haber superado el ébola, la religiosa de la Congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción quiso contar, con una amplia sonrisa, su testimonio vital y mostrar su intención de colaboración con los posibles infectados por el virus del ébola.

La misionera consiguió superar la enfermedad y una vez dada de alta en Monrovia se le pidió que volase a España para donar su sangre inmunizada al religioso Manuel García Viejo, infectado por ébola en Sierra Leona, pero falleció el mismo día en que llegó Paciencia a España. Su plasma sí ha sido utilizado para tratar a la auxiliar de enfermería Teresa Romero.

La hermana Paciencia, que permaneció en Liberia cuando fueron repatriados Pajares y Bonoha, y la misionera Ángela Granada, quien le acompaña en esta comparecencia, han alertado de las consecuencias que esta enfermedad está causando en África occidental.

Mientras, el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim, señaló ayer que la lucha contra el virus del ébola requiere «al menos» 1.800 millones de dólares y subrayó que es imprescindible financiar ya ese combate sanitario para evitar una catástrofe mayor. «No es cuestión de sentarse a pensar cuánto dinero se necesita, sino de poner el dinero ya. Porque lo que va a pasar es que, según el número (de afectados) va creciendo, el coste también lo hará», declaró. efe madrid/parís