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La apuesta española de la Seminci

El arca de Noé, de los cineastas de San Vicente del Raspeig Adán Aliaga y David Valero, competirá en Valladolid con Zhang Yimou o los hermanos Dardenne

La apuesta española de la Seminci

Una película sin guión que memorizar, sin ayudas, hecha con la imaginación de los directores, la improvisación de los actores y el trabajo voluntario de todos compite la próxima semana en Valladolid con grandes del cine como los hermanos Dardenne (Dos días, una noche), Zhang Yimou (Regreso a casa), Volker Schlöndorf (Diplomacy) o Liv Ullman (Miss Julie). Desde San Vicente del Raspeig, los directores Adán Aliaga y David Valero se muestran «orgullosísimos» de que su obra conjunta, El arca de Noé, sea el único proyecto español que luche con otras 16 películas extranjeras por la Espiga de Oro en la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), que cumple su 59 edición.

La película alicantina es la gran baza española -defendida por el director del festival como una «apuesta de riesgo»-, que se presenta al público el martes próximo en el certamen y cuyo veredicto se conocerá el sábado.

El equipo alicantino no sueña con ganar porque estar ya en la Sección Oficial es suficientemente ilusionante: «Es un honor hacer una peli desde un pueblo como San Vicente que represente a España en un festival internacional. Hay mucha gente haciendo películas desde provincias que no lo consigue», señala Aliaga, que ya fue premiado en 2009 con Estigmas como nuevo director, mientras Valero apunta que la falta de medios se suple con «talento y capacidad de trabajo» y añade con sorna que se sienten «como Rosa en Eurovisión».

Los actores Fran Gomis, Manu Serrato, Carmen Monteagud y Ricardo Pastor les acompañan reunidos en un bar de San Vicente -de donde procede la mayoría del equipo y donde se ha rodado gran parte del metraje-, a quienes pedimos que expliquen la película, algo difícil puesto que no la han visto montada y los directores sólo han utilizado 81 minutos de las más de 12 horas de metraje.

«Habla de un viaje exterior aparentemente pero en realidad es un viaje interior», indica Fran Gomis -uno de los protagonistas junto a Miguel Chillón y Alicia Santonja-, que meses antes soñó con lobos y con que trabajaría con Aliaga, «y ahora hago de lobo en la película, así que no me sorprendió».

El arca de Noé es un viaje metafórico donde los personajes son animales, que embarcan en un artefacto diseñado por dos guardas de seguridad despedidos de una fábrica con el fin de viajar a otros mundos en medio de una crisis existencial y planetaria situada en el año 2020.

«Es una película muy especial, que va a llegar de otra manera al público», señala Carmen, el delfín que conduce el arca, mientras Manu, el tiburón, bromea con que es «de lo más extraño que te puedes echar a la cara y, como Noé, no sabes si la nave subsiste o no». Ricardo agrega que la cinta «habla del deseo de que todo cambie, de una necesidad de metamorfosis» y Fran apostilla que «los personajes dedicen seguir su corazón y su intuición en un mundo en crisis», tras añadir que «en otros no sé, pero en los universos paralelos va a triunfar».

«A ver quién entiende ahora la película», ríe Valero, que dice que «si sale bien esta primera, haremos una segunda parte sin rodar más. Con todo lo que tenemos nos salen ocho películas».

Carmen recuerda que desde el principio del rodaje «actuar fue como un folio en blanco, ellos iban adaptándolo sobre la marcha y nosotros íbamos improvisando, siempre bajo unas pautas que nos marcaban». «Había mucha libertad, era muy creativo y un estímulo para la improvisación», señala el resto, mientras Aliaga explica que «partíamos de una historia de base muy sencilla para trabajar, nunca hemos dado un guión a los actores porque cada personaje ha aportado algo de su realidad. Si no, no tendría esa espontaneidad, sería otra película».

El equipo reconoce que aunque El arca de Noé camina por un lado más hipnótico y poético «no deja de hablar de cosas de la gente» y si la película ha sido elegida en festivales como la Seminci o Abycine están convencidos de que es porque «hay historias locales que trascienden lo universal, que tocan valores como la amistad o la solidaridad en tiempos de crisis».

Un jurado internacional decidirá sobre El arca. Los directores coinciden en que «si hubiera un premio al low cost o a los soñadores, nos lo llevábamos».

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