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Los tesoros de la Albufereta

Las prospecciones subacuáticas del MARQ en la bahía sacan a la luz un ánfora tardorromana

Una de las arqueólogos y la restauradora muestran el ánfora púnica

N o hay un momento más emocionante para un arqueólogo que aquel en el que descubre un pedazo de historia. Y si esto ocurre dentro del mar, la satisfacción puede ser aún mayor. Esto ocurrió el pasado jueves, cuando el equipo de arqueólogos que realiza para el MARQ la primera prospección de la bahía de la Albufereta encontró en el fondo un ánfora tardorromana de alrededor de un metro de longitud casi intacta. Y no ha sido el único hallazgo, ya que también ha aparecido parte de una vasija púnica, resto único de esa época hasta ahora en la zona.

El equipo de arqueólogos, coordinado por Rafael Azuar y dirigido por Omar Inglese comenzó el pasado 29 de septiembre esta tarea que dará por finalizada hoy mismo. Y a lo largo de estas dos semanas han aparecido en las arenas de la bahía numerosos restos cerámicos, lo que demuestra que «era una zona de gran tránsito durante ocho o nueve siglos», asegura Azuar.

El hecho de que existan en tierra el Tossal y el Cerro de las Balsas certifica que este puerto era de gran importancia. Los restos encontrados en tierra demuestran que el Tossal estuvo ocupado desde la época púnica y que se abandonó hacia el siglo II o III después de Cristo. «Nos faltaba material de la época púnica y con esta ánfora confirmamos que hubo actividad marítima desde los siglos IV o V a. de C.». Al mismo tiempo, destaca que «el ánfora grande, por sus características, nos demuestra que la actividad continuó hasta el siglo III o IV después de Cristo pese al abandono del yacimiento».

El cuartel general lo ha ubicado el equipo en el Tossal, donde todo el material extraído en esta campaña -con un presupuesto total de 20.000 euros- permanece sumergido en agua salada, en el inicio de un proceso de desalinización que puede prolongarse un año antes de que los restos sean estudiados y catalogados.

«Hasta ahora era una zona con unos yacimientos importantísimos, pero no se había llevado a cabo una prospección de arqueología subacuática de la zona y esta es la función del MARQno se había llevado a cabo una prospección de arqueología subacuática de la zona , velar por el patrimonio». Además, Azuar asegura que es fundamental para actualizar la carta arqueológica subacuática de la provincia y apuesta por que se declare BIC este área, como medida de protección.

Omar Inglese, que apunta la alta probabilidad de que existan varios pecios hundidos, dirige al equipo integrado por César Martínez, Miguel San Claudio, Elisabeth García, Alicia Reig y Bernia Sanz, con la restauradora Andrea Sanz. También han colaborado Jake Calver y José Antonio Moya.

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