El Cure, el antidisco bar, el templo del rock duro se traspasa después de una gran andanada. El que fuera el templo de Los Ramones, el invento cuasigótico cuando lo gótico ni existía de Tito y Figue, esos dos chicos de Aranda del Duero que muy jóvenes aterrizaron en el Barrio, cierra sus puertas.

Hace años tuvo que abandonar el Barrio para ubicarse en la ruta de la madera. Fue su continuación forzada pero el Cure del Barrio fue todo un referente para mucha gente. Allí convivieron muchas culturas, creencias, tribus con absoluta normalidad. La chupa y la corbata. El intelectual, el político, el ácrata y el anarquista. En suma, los rockeros. Y para mí con la desaparición de Cure se va un importante trozo, otro mas, de mi vida.

Ubicado en Virgen de Belén, justo enfrente de la calle Cisneros, desde su pequeña ventana y mientras me tomaba mi bourbon podía controlar los minicines sin ningún problema. A nivel de música era único, con Tito con los discos y Figue con las copas fueron los dos más jóvenes empresarios en aquel Barrio que no es el de ahora. Ni de coña. Y es que sin darnos cuenta los templos de la música del casco antiguo están desapareciendo. El otro día me di cuenta que el Cherokee de Christian y Jose y luego de David, también se traspasa.

Antes fueron otros y ya pocos clásicos quedan, quizás ninguno. Bueno El Coscorrón de Chule el incombustible. Si el Cure pudiera hablar... sería muy interesante aunque no es el momento. Me encantaba esa oscuridad, esos dibujos que le imprimían personalidad, las múltiples entradas de conciertos rockeros en sus paredes, y sobre todo Ramones y aquellas celebraciones del día de San Ramón.

Me resulta penoso que lugares emblemáticos del Barrio (aunque luego el Cure se recicló en la llamada ruta de la madera) vayan desapareciendo como si Alicante no los mereciera aunque sea por motivos varios que habría que analizar. Ahora tocan otras historias más mundanas y glamurosas, más vacías y el invento pasajero y efímero del tardeo.

Cayeron El Forat, L´Escala, Armstrong, Sisabana, Ma non Troppo, La Naya, Yerbeta, 27 Cotinos, Cherokee, Cure,... y los minicines. Y lo siento y mucho por sus creadores, inventores y almas mater, Tito y Figue, porque aparte de ser colegas fuimos compañeros de muchas batallas en una época que tocaba dignificar el Barrio con la siempre oposición de la mayoría de sus vecinos y unos políticos que miraban para otro lado.

El logo del Cure siempre quedará en nuestra retina, nos quedamos sin antidisco bar, un poco huérfanos, y sin el Cure que ya es leyenda y parte de la historia del ocio musical alicantino. Un fuerte abrazo Tito y Figue. En este Alicante se va todo... y nos quedamos sin apenas referencias. Sólo queda lo banal, lo superfluo, lo casposo, lo artificial, lo cutre o ese falso glamur que intentan imponernos por narices en una ciudad cada vez más sin personalidad, sin corazón y sin raíces profundas.