El escritor valenciano Rafael Chirbes, que obtuvo ayer el Premio Nacional de Narrativa con la multipremiada En la orilla, señaló que «la culpa del éxito de la novela la tienen los tiempos que corren, más que el libro. Todo coincide con la desolación del país». «Es una novela difícil, dura, poco grata y poco complaciente. Pensé que no iba a gustar, pero las novelas se entienden en su tiempo. Por eso quiero dar las gracias al jurado del premio que la ha valorado, porque sé que es difícil de domesticar». Un jurado presidido por María Teresa Lizaranzu y formado, entre otros, por el alicantino José Luis V. Ferris, Carme Riera, Julia Otxoa, Carmen del Riego, Angel Basanta, Javier Rodríguez Marcos y José María Merino,

En la orilla, que ayer fue galardonada con el Premio Nacional de Narrativa, dotado con 20.000 euros, es el retrato de la España en crisis, un libro que ha gozado también del aplauso de lectores y críticos y, por otro lado, ya ha obtenido el Nacional de la Crítica y el Francisco Umbral, «por su excelencia literaria». Una novela, en opinión del jurado, «de extraordinaria construcción literaria que, tratando de la realidad actual, no se limita al realismo, mostrando una riqueza formal y unos recursos poéticos que lo trascienden».

Por esta obra, el escritor (Tavernes de Valldigna, Valencia, 1949) también recibió el Premio de la Crítica en el pasado mes de abril. Chirbes dice que se siente pesimista, aunque aún se ríe mucho, porque la vida del ser humano es muy dura. «De todas formas, creo que el éxito del libro se debe más al movimiento civil que al libro», subraya este autor que admira a Galdós y que otorga tanta importancia «a la forma como al fondo del libro».

Chirbes, que asegura que no sabe cómo nació en él esta historia -«eso es algo que no se puede controlar: no ha sido por ser valenciano, ya que podría haberse tratado de la Cataluña de Pujol, la Andalucía de los ERE o el Madrid de Esperanza Aguirre»-, añade que «seguimos igual o peor. Ya no nos asombramos de nada, porque somos realistas». «La clase política ha minado todo por su propia creación, por cómo se formó en este país y cómo ha ido haciendo este país. Son los que nos han traído hasta aquí», afirma.

«En España -explica- ahora estamos viviendo la desaparición de la segunda Restauración, una época parecida a la de finales del siglo XIX y principios del XX con el duelo entre Cánovas y Sagasta, ahora con el bipartidismo».

Rafael Chirbes ya trazó su personal mapa de España cuando comenzó su trilogía sobre la sociedad española con su novela La larga marcha (1996), con la que llegó hasta la Transición. Luego siguió en 2007 hablando sobre la España de la crisis y la burbuja inmobiliaria con Crematorio, una novela que también le reportó el Premio Nacional de la Crítica y que fue llevada a la pequeña pantalla.

Y después, con En la orilla (Anagrama), el escritor siguió con las crisis y la corrupción, con la narración del drama de la vida de cinco personas desempleadas y de su exjefe.