«In crescendo». Así se despidió ayer la última edición del Iberia Festival de Benidorm. Dos jornadas en las que parte del público se reencontró con las referencias musicales que les han acompañado desde la adolescencia hasta la lejana juventud, y parte descubría cómo suenan en directo los acordes de la época dorada del pop-rock español.
La sesión, a la que acudieron unas 6.000 personas, arrancó con un Duelo al Sol de La Frontera que despertó pasiones, tras la que que siguieron otros temas míticos de la banda de los ochenta.
Tras ellos, subió a escena el showman con su «grupo». Pablo Carbonell con la cara pintada de blanco como un payaso circense, guantes de boxeador e infinidad de collares tomó la batuta de Los Toreros Muertos para arrancar con un grandioso My Tailor is rich and my mother is in the kitchen tras el cual se fue cambiando de indumentaria para seguir con otras canciones inolvidables, haciendo cantar al público al unísono estrofas como «me gusta jugar con mi amigo Manolito, me gusta jugar con mi amigo Sebastián»; «vivimos en un mundo mágico y puedes ser dos cosas: alcalde y gilipollas, alcalde y gilipollas» y «mi agüita amarilla».
Tras el surrealismo y la burla de Toreros Muertos, subieron a escena los veteranos Burning, cambiando el paso para dejar en bandeja el testigo del rock a Seguridad Social.
Y pasaron las diez y llegaron más platos fuertes a escena. Los Secretos, La Unión y el denominado «Póker de Guitarras» que se jugarían los músicos Ariel Rot, Jaime Urrutia, Santi Campillo y Jorge Ilegal.
El Iberia Festival se despidió con un incombustible Gurruchaga y su Orquesta Mondragón -dándolo todo durante una hora- y con Ramoncín como cierre de cartel (ambas actuaciones programadas tras el cierre de esta edición).
Por otra parte, cabe recordar que el festival continuó ayer recolectando leche. Y es que el certamen no quiso olvidarse del lado solidario y propuso a los asistentes que donaran un litro de leche para ser repartido entre los más necesitados de la ciudad a través de Cáritas.
En la primera jornada fueron muchos los que colaboraron con esta iniciativa denominada «Este festival es la leche», y que participaron además así en el sorteo de una guitarra firmada por todos los artistas que pasaron por el escenario en la primera jornada. Ayer el sorteo se celebró igualmente, pero con la estampa de los artistas y grupos que pasaron por allí en la segunda y última jornada.
