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El MARQ bucea en la historia

El Museo Arqueológico de Alicante inicia el día 29 una campaña de prospecciones subacuáticas en la Bahía de la Albufereta. El objetivo es buscar restos de embarcaciones, documentarlos y delimitar el tamaño del fondeadero

Dos buceadores junto a las ánforas que aparecieron en el pecio de la Albufereta, denominado El Guanche J.A.MOYA

Se calcula que más de 3.000 barcos de diferentes épocas permanecen hundidos en las costas españolas. Los naufragios o las guerras acabaron con sus restos en los fondos marinos, convertidos hoy en auténticos tesoros no solo por sus cargamentos sino, sobre todo, por su valor histórico. Fruto de la importancia comercial y de su emplazamiento, la Bahía de la Albufereta es, sin duda, uno de los enclaves con mayores posibilidades de esconder bajo sus aguas restos de barcos que se acercaron a estas costas. Prueba de ello, el pecio bautizado El GuancheEl Guanche, que se encontró en 2002.

Ahora, el Museo Arqueológico de Alicante va a acometer la primera prospección completa de la zona, con el objetivo de rastrear sus fondos, así como catalogar, documentar y localizar los restos que presumiblemente permanecen enterrados bajo la arena. Esta campaña dará comienzo el 29 de septiembre y se desarrollará hasta el 12 de octubre, entre las playas de la Albufereta y la de la Almadraba. El objetivo: delimitar la extensión del fondeadero e ir posicionando los hallazgos fortuitos de los que hay noticia, además de recorrer las zonas en las que no se ha realizado ninguna prospección hasta el momento.

Así lo asegura Rafael Azuar, que dirige esta campaña junto a Omar Inglese, y que cuenta con un equipo además de siete arqueólogos buceadores voluntarios, como ya es habitual en estas prácticas, algunos de los cuales ya participaron en las prospecciones realizadas en Tabarca el pasado año. «Vamos a continuar los trabajos de actualización de la carta arqueológica subacuática de la provincia y esta zona es crucial porque en tierra tenemos el Tossal y el Cerro de las Balsas, y este fondeadero fue de gran importancia entre el siglo IV antes de Cristo y el V después de Cristo».

El arqueólogo asegura que hay «información» de barcos que han podido naufragar en esta zona, «y el pecio encontrado en 2002 demuestra que el tráfico era intenso y que pudo haber más hundimientos, porque hay una zona de abrigo de los vientos en la Almadraba», destaca. El problema a la hora de acometer las prospecciones estriba en que los fondos son muy arenosos «y eso dificulta los trabajos porque las corrientes mueven la arena y puede enterrar muchos restos».

Para el director del MARQ, Manuel Olcina, la Bahía de la Albufereta «es uno de los lugares más frecuentados». De hecho, al realizar las obras del colector salieron a la luz muchos restos. «Había en la zona hasta un embarcadero romano, que era la única obra portuaria física que se ha documentado en las diferentes sedes romanas que había en Alicante: el Portus Illicitanus de Santa Pola, Lucentum en Alicante, Allon en la Vila y Dianium en Dénia. Todos eran grandes puertos de intensa actividad comercial pero la única localizada y documentada es la de Lucentum». Olcina asegura que estas prospecciones pueden dar lugar a una excavación «dependiendo de lo que se encuentre»y que «nos pueden dar mucha información también sobre los asentamientos terrestres».

Después de la bahía de la Albufereta, el MARQ pretende continuar recorriendo los fondos marinos para completar la carta arqueológica subacuática. «La idea -apunta Azuar- es seguir hacia el sur porque es la zona menos prospectada, así que iremos para Santa Pola y Torrevieja».

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