La Reina elogió ayer a «los periodistas valientes que dicen no, que se plantan» para salvaguardar su independencia y proteger su oficio con «seriedad, rigor y verdad», porque, según subrayó, son una «pieza clave» en la democracia española.

El día que celebraba su 42 cumpleaños, doña Letizia acudió al Senado para presidir, entre periodistas, el acto de entrega del X Premio Luis Carandell, de Periodismo Parlamentario a Carmen del Riego, una ceremonia a la que en anteriores ediciones ha acompañado a don Felipe y a la que asistieron los presidentes de la Cámara alta, Pío García Escudero, y del Congreso, Jesús Posada.

En su intervención, dio las gracias «por esta fiesta de cumpleaños» que le había organizado el Senado y destacó a «esos periodistas que siguen creyendo en el periodismo, en la crónica reposada y analítica, que siguen pensando que ser el primero no es sinónimo de ser el que mejor lo cuenta, esos que pretenden devolver a la información a su verdadero valor».

«Gracias por ser pieza clave en nuestra democracia, por creer que una crónica inteligente despierta conciencias, ayuda a interpretar la realidad, articula la opinión pública», insistió doña Letizia, tras recordar que esta entrega de premios permite reafirmar que la libertad de expresión contribuye a la «condición democrática» de la sociedad española.

Advirtió asimismo que, a pesar de que todos los ciudadanos pueden fotografiar y contar lo que ocurre con su teléfono móvil, siempre será necesaria «esa persona inteligente y responsable que analice, interprete y sintetice en un puñado de imágenes, palabras, sonidos, esas cosas que pasan; y eso sólo lo puede hacer un buen periodista».

En cuanto a la premiada, Carmen del Riego, periodista de La Vanguardia y presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), doña Letizia valoró los méritos de una mujer que sabe que estampar su firma en una crónica «significa responsabilidad y rigor» y que conoce «las dificultades de eso que se dice tan pronto pero que es tan complicado: informar».

«Carmen del Riego recibe hoy el Carandell por sobrevivir en un oficio golpeado profundamente por la crisis económica, un oficio que se enfrenta al constante debate de integrar los nuevos modos de informarse de un contexto tecnológico de vértigo, con un modelo de negocio que afiance unos medios fuertes y libres», afirmó.

Y ello tanto por la «trivialidad con la que muchas veces despachamos los asuntos más importantes», admitió, como por la «superficialidad en la que nos quedamos a pesar de la complejidad de los asuntos de los que escribimos» y por primar «la rapidez por encima del rigor», la «declaración y el titular sobre la información» y la «banalidad antes que la profundidad».

También insistió en que se debe atribuir a los políticos la «máxima responsabilidad» sobre la actual crisis institucional que vive la sociedad, una responsabilidad «que no pueden descargar sobre los ciudadanos ni sobre los periodistas».